TARTA MOUSSE TIRAMISÚ
viernes, junio 17, 2022Esta es una de las tartas más deliciosas que he preparado. Es una tarta muy fresquita y ligera, genial para comer de postre después de una comida copiosa.
Cuando la hice triunfé con ella y todos repitieron.
Además, como me había quedado un poco del almíbar de café de remojar los bizcochos lo llevé a la mesa y los que la comieron la regaron con un poco del almíbar y le dio un toque muy especial.
A la hora de hacerla dos días antes de comerla preparé el bizcocho y el almíbar. El día antes preparé la crema y monté la tarta. El día que la íbamos a comer la espolvoreé con el cacao y la presenté. De esa manera no estamos con agobios.
Los ingredientes que usé fueron: (Para un molde de 20 cm.)
Para el bizcocho:
- Cuatro huevos talla L a temperatura ambiente.
- 100 gr. de azúcar.
- 100 gr. de harina.
- Una pizca de sal.
- 250 gr. de agua.
- 100 gr. de azúcar.
- Dos cucharadas soperas de café soluble.
- Un chorro de licor de café (opcional).
- 500 gr. de queso mascarpone.
- 175 gr de azúcar.
- 500 ml. de nata para montar muy fría.
- Seis hojas de gelatina (10 gr.).
- 100 ml. de leche.
- Un poco de vainilla en pasta.
- Cacao 100% para la decoración final.
Ponemos el horno a calentar a 170º.
Cascamos los huevos en un bol, añadimos la pizca de sal y los batimos bien con varillas eléctricas hasta que espumen mucho.
Vamos añadiendo el azúcar poco a poco y seguimos batiendo hasta que consigamos el punto de letra, es decir, que podamos "escribir" con la crema.
Tamizamos la harina y la vamos añadiendo, en dos o tres tandas. Vamos integrando de manera manual con unas varillas y, al final, con una espátula para asegurarnos que no nos quede harina en el fondo.
Vertemos la mezcla en la bandeja forrada con papel, alisamos, y llevamos al horno unos 16-18 minutos, hasta que esté cocinada. Comprobaremos con un palillo si ya está.
Vamos añadiendo el azúcar poco a poco y seguimos batiendo hasta que consigamos el punto de letra, es decir, que podamos "escribir" con la crema.
Tamizamos la harina y la vamos añadiendo, en dos o tres tandas. Vamos integrando de manera manual con unas varillas y, al final, con una espátula para asegurarnos que no nos quede harina en el fondo.
Vertemos la mezcla en la bandeja forrada con papel, alisamos, y llevamos al horno unos 16-18 minutos, hasta que esté cocinada. Comprobaremos con un palillo si ya está.
Sacamos y dejamos que se enfríe completamente, sobre una rejilla.
Cubrimos con papel film y dejamos a temperatura ambiente hasta el día siguiente.
Para el almíbar, ponemos todos los ingredientes, menos el licor, en un calentador y lo llevamos al fuego. Dejamos que hierva un par de minutos, apagamos y, si queremos, añadimos ahora el licor. Reservamos en la nevera hasta el día siguiente.
Cuando vamos a montar la tarta, cogiendo como medida el aro del molde cortamos dos círculos.
Colocamos el aro sobre el plato que vamos a servir la tarta, lo forramos con papel de acetato o de horno y colocamos unos de los círculos como base. Reservamos.
Vamos a empezar con la crema.
Ponemos las hojas de gelatina a hidratar en agua unos diez minutos.
Mientras en un bol ponemos el mascarpone, el azúcar y la vainilla y mezclamos bien con una espátula.
Calentamos la leche unos 30 segundos en el microondas, añadimos la gelatina escurrida y disolvemos bien.
Vertemos sobre el queso y mezclamos bien.
En otro bol montamos la nata con varillas eléctricas.
Incorporamos a la mezcla de queso y removemos con movimientos envolventes hasta que esté integrada.
Empapamos bien el bizcocho de la base con el almíbar de café y echamos más o menos la mitad de la mezcla. Alisamos bien.
El otro círculo de bizcocho lo cortamos un poco más pequeño, con un aro de 16 cm.
Lo colocamos sobre la crema y lo bañamos bien con el almíbar.
Rellenamos con la crema hasta llegar al borde.
El resto de la crema la ponemos en un manga con boquilla de estrella y la ponemos formando motas sobre toda la parte superior.
Llevamos a la nevera hasta el día siguiente.
A la hora de servirla, retiramos el aro y el acetato y espolvoreamos toda la superficie con cacao, dejándolo caer desde un colador.
Miren de cerquita que aspecto tan increíble tiene.
Nos servimos un trozo y disfrutamos.
Miren qué chulo queda el corte con el bizcocho en medio, bien empapadito.
Un sabor clásico en una tarta bien fresca y deliciosa.
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