TARTA NAMELAKA DE ARÁNDANOS
viernes, mayo 06, 2022 El año pasado preparé una Tarta de frutas con crema namelaka que causó sensación. Y este año he querido hacer otra similar pero saborizando la crema con arándanos. La crema namelaka la podemos hacer natural o, como en este caso, saborizarla y obtener cremas maravillosas.
En esta ocasión quise aprovechar zumo de arándanos que me quedaba y la verdad es que el resultado es exquisito.
Queda una crema muy suave que junto con la base y los arándanos frescos forman una tarta impresionante.
Los ingredientes que usé fueron: (Para un molde con base desmoldable de 24 cm).
Para la base:
- 300 gr. de harina.
- 150 gr. de mantequilla fría.
- 50 gr. de azúcar glass.
- Una pizca de sal.
- Unos 60 ml. de agua bien fría.
- 350 gr. de chocolate blanco.
- 400 gr. de nata para montar.
- 200 gr. de zumo de arándanos (Conseguí uno 100% arándanos en Carrefour).
- Cinco gramos de gelatina en hojas (tres láminas en mi caso).
- Unos 400 gr. de arándanos frescos.
- Brillo neutro para tartas. (Pincha aquí para ver cómo hacerlo).
- Galletas hechas con la masa de la base (opcional)
En un bol ponemos la harina, el azúcar, la sal y la mantequilla en trocitos. Vamos trabajando con las manos hasta conseguir una mezcla con aspecto de arena mojada.
Vertemos el agua fría y seguimos amasando.
Amasaremos sólo lo justo hasta que podamos formar una bola con la masa. La ponemos sobre papel film y la envolvemos. Dejamos en la nevera mientras preparamos la crema, una media hora. Para la crema ponemos las hojas de gelatina a hidratar en agua.
Derretimos el chocolate blanco en un bol al baño maría.
En un calentador ponemos el zumo de arándanos y lo calentamos.
Cuando rompa a hervir, apartamos del fuego, añadimos la gelatina escurrida y removemos bien para que se disuelva.
Vertemos más o menos un tercio del zumo sobre el chocolate y mezclamos bien.
Luego añadimos el resto y mezclamos hasta que esté todo integrado.
Ahora vertemos la nata sobre la mezcla y trituramos con el brazo de la batidora para que nos quede todo homogéneo.
La mezcla que nos queda es muy líquida.
Cubrimos con papel film pegado a piel y llevamos a la nevera hasta el día siguiente.
Continuamos ahora con la base.
Sacamos la masa de la nevera, la colocamos sobre papel de horno espolvoreado con un poco de harina y le espolvoreamos un poco más por arriba.
Estiramos con el rodillo un poco mayor que el molde que vamos a utilizar.
Aunque no es necesario a mi me gusta forrar el molde con papel de horno remojado para que luego me sea más fácil desmoldar.
Colocamos la masa estirada sobre el molde y la acomodamos en él sin estirar. Luego recortamos el excedente dejando un reborde como de un dedo o dos.
Remetemos el borde por los laterales, por la parte de fuera y luego, con los dedos, le damos la forma.
Aunque no es necesario a mi me gusta forrar el molde con papel de horno remojado para que luego me sea más fácil desmoldar.
Colocamos la masa estirada sobre el molde y la acomodamos en él sin estirar. Luego recortamos el excedente dejando un reborde como de un dedo o dos.
Remetemos el borde por los laterales, por la parte de fuera y luego, con los dedos, le damos la forma.
Cuando esté caliente, sacamos la masa del congelador, le pinchamos la base con un tenedor y cubrimos con papel de horno.
Le colocamos una buena cantidad de garbanzos secos sobre el papel para que no pierda la forma y no nos suba.
Llevamos al horno y cocinamos durante 15 minutos. Sacamos, retiramos los garbanzos y el papel y volvemos a meter en el horno, ahora unos 15-20 minutos hasta que veamos que se empieza a dorar.
Llevamos al horno y cocinamos durante 15 minutos. Sacamos, retiramos los garbanzos y el papel y volvemos a meter en el horno, ahora unos 15-20 minutos hasta que veamos que se empieza a dorar.
Sacamos y dejamos enfriar completamente.
Con el resto de masa que me quedó, lo estiré y corté unas galletitas que luego horneé para ponerlas en la decoración.
Al día siguiente sacamos la crema de la nevera. Verán como se ha quedado muy cremosa.
La echamos sobre la base y la alisamos bien con una espátula. Llegados a este punto si quieren pueden congelar la tarta, cubierta con film, y el día que la vayan a consumir la sacan la noche anterior a la nevera y al día siguiente la decoran.
Como los arándanos son muy pequeños para pintarlos uno a uno con brillo de tartas lo que hice fue ponerlos en un bol y añadir una cucharada de brillo. Luego removí bien para que se impregnaran todos.
Repartimos los arándanos por toda la parte superior de la tarta y terminamos colocando unas cuantas florecillas repartidas para dar un contraste de color.
La conservaremos en la nevera hasta el momento de disfrutarla.
Miren qué bonitos quedan los arándanos y esas florecillas dando un toque diferente.
Nos cortamos un trocito y disfrutamos.
Miren de cerquita el precioso color de la crema y lo cremosita que se ve.
Una tarta fresca con un color precioso y un sabor delicioso.
0 No te cortes y deja tu comentario.
Muchísimas gracias por dejar tu comentario.