Mañana, 30 de mayo, es el Día de Canarias y yo no podía dejar de celebrarlo con un postre.
Como todos los años, me gusta preparar para este día un postre con alguno de los productos típicos de mi tierra y, este año, como en otras ocasiones, me he decantado por prepararlo con gofio, nuestro alimento emblemático.
En esta ocasión, lo que he hecho, ha sido preparar una tarta, pero en lugar de bizcochos está formada por muchas capas de creps. Tanto los creps como la crema del relleno y la cobertura están preparados con gofio. Para contrastar le he añadido el pequeño baño de chocolate y el crocante de almendra que ambos combinan de maravilla con el gofio.
Los ingredientes que usé fueron:
Para las creps: (Me salieron 17, usando una sartén de 24 cm.)
En un bol cascamos los huevos junto con el azúcar y la vainilla y batimos con varillas.
Tamizamos el harina, la maicena, el gofio y la sal y removemos bien hasta que no queden grumos.
Vertemos unos 100 ml. de la leche y mezclamos bien.
Añadimos el resto de la leche y volvemos a mezclar hasta que se integre.
Por último, echamos la mantequilla derretida y mezclamos todo bien.
Cubrimos la mezcla con papel film y la dejamos reposar en la nevera al menos durante media hora.
Pasado el tiempo, ponemos la sartén a calentar y la pintamos con un poco de aceite. (Esto sólo lo hice al principio, ya el resto no hubo necesidad de seguir engrasando.)
Removemos bien la masa porque con el reposo se queda más densa.
Vertemos un poco de masa en la sartén, con un cacillo, de manera que cubra el fondo. Dejamos cocinar a fuego medio hasta que veamos que está empezando a secarse. Le damos la vuelta y dejamos cocinar por el otro lado.
Para dar la vuelta a cada crep nos podemos ayudar de unas espátulas o espumaderas.
Vamos dejando caer cada crep sobre papel de horno para que se vaya enfriando.
Las preparamos todas hasta acabar con la masa. En mi caso me salieron 17.
Para preparar la crema del relleno es tan sencillo como poner la nata y el gofio en un bol y batir con varillas eléctricas hasta que esté montada.
Una vez que las creps estén frías, las vamos apilando de cinco en cinco, más o menos. Con un aro de 16 cm. las vamos cortando, para retirarles los bordes.
Por supuesto que los bordes no los tiraremos. Por aquí sirvieron de merienda acompañados de mermelada de arándanos.
Forramos el interior del aro de 16 cm con dos tiras de acetato unidas con cinta adhesiva y lo colocamos sobre el plato de servir.
Metemos la crema en una manga con boquilla lisa para trabajar más cómodamente.
Manchamos un poco el plato con crema y colocamos la primera crep.
Repartimos crema sobre la crep.
Cada capa de crema la vamos alisando con una espátula y retiramos el excedente, para que no nos queden muy gruesas y pierda estabilidad la tarta.
Continuamos hasta acabar con todas las creps. Pintamos con una ligera capa de nata la última y llevamos a la nevera al menos durante cuatro horas o, mejor incluso, toda la noche.
Para la ganaché, ponemos la nata en un caldero y la calentamos. También lo podemos hacer en el microondas.
Apagamos el fuego, echamos el chocolate troceado y dejamos reposar un minuto.
Luego batimos hasta que esté todo el chocolate fundido e integrado.
Dejamos que se enfríe.
Una vez que vayamos a montar la tarta, preparamos la crema de cobertura de igual forma que lo hicimos con el relleno.
Retiramos el aro de la tarta y retiramos las tiras de acetato.
Damos una capa gruesa de crema a la tarta y la alisamos ayudándonos de una espátula.
Metemos en la nevera al menos media hora.
Metemos la ganaché en una manga, cortamos la punta y echamos sobre la tarta, llevando un poco hacia los bordes para que haga el efecto chorreo.
El resto de la crema lo ponemos en una manga con boquilla estrellada, en mi caso la 1M de Wilton, y decoramos alrededor de la base.
En la parte superior, hacemos rosetones con la crema y terminamos cubriendo el interior con el crocante de almendras. También le puse un poco sobre los rosetones de crema.
Dejamos nuestra tarta en la nevera hasta el momento de servirla.
Miren que aspecto tan bonito tiene. Nadie diría que bajo ese aspecto se esconde una tarta de creps, ¿verdad?
Pero sí que lo es, capas y capas de creps intercaladas con la rica crema.
Aquí más de cerquita el corte. Imponente, ¿a que sí?
Una tarta riquísima, con un sabor muy muy canario.
Como todos los años, me gusta preparar para este día un postre con alguno de los productos típicos de mi tierra y, este año, como en otras ocasiones, me he decantado por prepararlo con gofio, nuestro alimento emblemático.
En esta ocasión, lo que he hecho, ha sido preparar una tarta, pero en lugar de bizcochos está formada por muchas capas de creps. Tanto los creps como la crema del relleno y la cobertura están preparados con gofio. Para contrastar le he añadido el pequeño baño de chocolate y el crocante de almendra que ambos combinan de maravilla con el gofio.
Los ingredientes que usé fueron:
Para las creps: (Me salieron 17, usando una sartén de 24 cm.)
- Cuatro huevos L a temperatura ambiente.
- 75 gr. de azúcar.
- Una cucharadita de vainilla.
- 75 gr. de gofio de millo.
- 100 gr. de harina.
- 25 gr. de maicena.
- Una pizca de sal.
- 500 ml. de leche a temperatura ambiente (usé semidesnatada).
- 70 gr. de mantequilla derretida y ya fría.
- 500 ml. de nata vegetal azucarada bien fría.
- Tres cucharadas de gofio.
- 300 ml. de nata vegetal azucarada bien fría.
- Dos cucharadas de gofio.
- 100 ml. de nata y 100 gr. de chocolate para la ganaché.
- Crocante de almendras.
En un bol cascamos los huevos junto con el azúcar y la vainilla y batimos con varillas.
Tamizamos el harina, la maicena, el gofio y la sal y removemos bien hasta que no queden grumos.
Vertemos unos 100 ml. de la leche y mezclamos bien.
Añadimos el resto de la leche y volvemos a mezclar hasta que se integre.
Por último, echamos la mantequilla derretida y mezclamos todo bien.
Cubrimos la mezcla con papel film y la dejamos reposar en la nevera al menos durante media hora.
Pasado el tiempo, ponemos la sartén a calentar y la pintamos con un poco de aceite. (Esto sólo lo hice al principio, ya el resto no hubo necesidad de seguir engrasando.)
Removemos bien la masa porque con el reposo se queda más densa.
Vertemos un poco de masa en la sartén, con un cacillo, de manera que cubra el fondo. Dejamos cocinar a fuego medio hasta que veamos que está empezando a secarse. Le damos la vuelta y dejamos cocinar por el otro lado.
Para dar la vuelta a cada crep nos podemos ayudar de unas espátulas o espumaderas.
Vamos dejando caer cada crep sobre papel de horno para que se vaya enfriando.
Las preparamos todas hasta acabar con la masa. En mi caso me salieron 17.
Para preparar la crema del relleno es tan sencillo como poner la nata y el gofio en un bol y batir con varillas eléctricas hasta que esté montada.
Una vez que las creps estén frías, las vamos apilando de cinco en cinco, más o menos. Con un aro de 16 cm. las vamos cortando, para retirarles los bordes.
Por supuesto que los bordes no los tiraremos. Por aquí sirvieron de merienda acompañados de mermelada de arándanos.
Forramos el interior del aro de 16 cm con dos tiras de acetato unidas con cinta adhesiva y lo colocamos sobre el plato de servir.
Metemos la crema en una manga con boquilla lisa para trabajar más cómodamente.
Manchamos un poco el plato con crema y colocamos la primera crep.
Repartimos crema sobre la crep.
Cada capa de crema la vamos alisando con una espátula y retiramos el excedente, para que no nos queden muy gruesas y pierda estabilidad la tarta.
Continuamos hasta acabar con todas las creps. Pintamos con una ligera capa de nata la última y llevamos a la nevera al menos durante cuatro horas o, mejor incluso, toda la noche.
Para la ganaché, ponemos la nata en un caldero y la calentamos. También lo podemos hacer en el microondas.
Apagamos el fuego, echamos el chocolate troceado y dejamos reposar un minuto.
Luego batimos hasta que esté todo el chocolate fundido e integrado.
Dejamos que se enfríe.
Una vez que vayamos a montar la tarta, preparamos la crema de cobertura de igual forma que lo hicimos con el relleno.
Retiramos el aro de la tarta y retiramos las tiras de acetato.
Damos una capa gruesa de crema a la tarta y la alisamos ayudándonos de una espátula.
Metemos en la nevera al menos media hora.
Metemos la ganaché en una manga, cortamos la punta y echamos sobre la tarta, llevando un poco hacia los bordes para que haga el efecto chorreo.
El resto de la crema lo ponemos en una manga con boquilla estrellada, en mi caso la 1M de Wilton, y decoramos alrededor de la base.
En la parte superior, hacemos rosetones con la crema y terminamos cubriendo el interior con el crocante de almendras. También le puse un poco sobre los rosetones de crema.
Dejamos nuestra tarta en la nevera hasta el momento de servirla.
Miren que aspecto tan bonito tiene. Nadie diría que bajo ese aspecto se esconde una tarta de creps, ¿verdad?
Pero sí que lo es, capas y capas de creps intercaladas con la rica crema.
Aquí más de cerquita el corte. Imponente, ¿a que sí?
Una tarta riquísima, con un sabor muy muy canario.
¡FELIZ DÍA DE
CANARIAS!