Es cierto que en verano lo menos que apetece es andar enredados en la cocina preparando la comida. Pero también es cierto que, porque sea verano, vayamos a comer cualquier cosa.
Hay multitud de platos (en este blog puedes encontrar unos cuantos) que con poco trabajo nos permiten comer bien rico y sano.
El de hoy es uno de ellos. Con ingredientes de andar por casa nos marcamos un plato lleno de color y sabor para disfrutar mientras lo comemos.
Los ingredientes que usé fueron: (no pongo cantidad porque dependerá de los comensales).
Ponemos a calentar en una sartén un poco de aceite.
Añadimos las zanahorias y los pimientos y dejamos que se cocinen unos cinco minutos.
Luego añadimos los calabacines y echamos sal, pimienta y orégano seco al gusto.
Dejamos hasta que se cocinen, a fuego medio, a nuestro gusto, removiendo de vez en cuando.
Para los huevos, cortamos un poco de papel film y lo acomodamos en una taza. Lo pintamos con aceite de oliva.
Cascamos el huevo dentro y echamos un poco de sal. Recogemos las puntas del papel film y cerramos con un nudo o, como en mi caso que me quedé corta con el film, atamos con hilo de cocina.
Haremos un paquetito por cada huevo.
Ponemos a calentar un caldero con agua.
Cuando rompa a hervir, añadimos nuestro huevo y dejamos cocinar cinco minutos. (Si les gusta que la yema quede más líquida cuatro serán suficientes y si prefieren que sea más dura seis o siete).
Servimos las verduras en un plato y hacemos un pequeño hueco en el centro.
Pasado el tiempo sacamos el huevo. Rompemos la parte superior del papel con unas tijeras y abrimos con cuidado.
Trasladamos el huevo al plato de las verduras y servimos.
Miren que pinta más rica con ese huevo con la yema chorreando.
¿Se resistirán a no mojar pan?
Como dije, un plato con mucho color, mucho sabor y cero complicación.
Hay multitud de platos (en este blog puedes encontrar unos cuantos) que con poco trabajo nos permiten comer bien rico y sano.
El de hoy es uno de ellos. Con ingredientes de andar por casa nos marcamos un plato lleno de color y sabor para disfrutar mientras lo comemos.
Los ingredientes que usé fueron: (no pongo cantidad porque dependerá de los comensales).
- Pimiento rojo.
- Pimiento verde.
- Zanahorias.
- Calabacín.
- Huevos (uno o dos por comensal).
- Sal.
- Pimienta.
- Orégano.
- Aceite de oliva.
Ponemos a calentar en una sartén un poco de aceite.
Añadimos las zanahorias y los pimientos y dejamos que se cocinen unos cinco minutos.
Luego añadimos los calabacines y echamos sal, pimienta y orégano seco al gusto.
Dejamos hasta que se cocinen, a fuego medio, a nuestro gusto, removiendo de vez en cuando.
Para los huevos, cortamos un poco de papel film y lo acomodamos en una taza. Lo pintamos con aceite de oliva.
Cascamos el huevo dentro y echamos un poco de sal. Recogemos las puntas del papel film y cerramos con un nudo o, como en mi caso que me quedé corta con el film, atamos con hilo de cocina.
Haremos un paquetito por cada huevo.
Ponemos a calentar un caldero con agua.
Cuando rompa a hervir, añadimos nuestro huevo y dejamos cocinar cinco minutos. (Si les gusta que la yema quede más líquida cuatro serán suficientes y si prefieren que sea más dura seis o siete).
Servimos las verduras en un plato y hacemos un pequeño hueco en el centro.
Pasado el tiempo sacamos el huevo. Rompemos la parte superior del papel con unas tijeras y abrimos con cuidado.
Trasladamos el huevo al plato de las verduras y servimos.
Miren que pinta más rica con ese huevo con la yema chorreando.
¿Se resistirán a no mojar pan?
Como dije, un plato con mucho color, mucho sabor y cero complicación.