QUEQUE DE MASCARPONE CON CAFÉ Y CHOCOLATE
viernes, febrero 15, 2019
Parece que el fin de semana se presenta lluvioso y frío, así que un buen plan sería meternos entre harinas y preparar este rico queque para disfrutarlo acompañado de un chocolate calentito y si es en buena compañía mucho mejor.
Es un bizcocho de una textura densa y un inconfundible sabor a café que hará las delicias de los más cafeteros.
Los ingredientes que usé fueron:
Ponemos el horno a calentar a 170º.
Cascamos los huevos en dos boles, separando las yemas de las claras.
Montamos las claras a punto de nieve firme y las reservamos.
Añadimos el azúcar a las yemas y batimos con varillas eléctricas hasta que blanqueen.
Vertemos el café, el aceite y añadimos el mascarpone.
Seguimos batiendo hasta que esté bien integrado.
Tamizamos sobre la mezcla el harina, la levadura y la sal.
Mezclamos con una espátula hasta que no haya grumos.
Echamos las claras sobre la masa, de dos veces, e integramos con una espátula con movimientos envolvente para que no se nos bajen.
Por último, añadimos las pepitas de chocolate y las integramos a la masa con suavidad.
Repartimos la masa en un molde, que previamente habremos engrasado, y alisamos con una espátula.
Damos unos golpecitos al molde sobre la encimera para que se asiente bien la masa.
Metemos al horno y cocinamos unos 35-40 minutos, hasta que al pincharlo con una brocheta ésta salga limpia.
Dejamos que enfríe durante 15 minutos sobre una rejilla.
Desmoldamos el queque sobre una rejilla y dejamos que enfríe por completo.
Para el glaseado, ponemos los ingredientes en un bol y mezclamos hasta que tenga la consistencia deseada.
Colocamos papel de horno bajo la rejilla y vertemos el glaseado sobre el queque.
Dejamos que se seque al aire.
Una vez que el glaseado esté seco, trasladamos el queque a una bandeja y lo tenemos listo para disfrutarlo.
Miren el colorcillo que le da el azúcar al queque. Y el toquecito de café del glaseado le queda divino.
Y esta es la foto del corte. Como se ve un queque con mucho cuerpo y además con mucho sabor.
Estupendo para combatir el frío que se avecina.
Es un bizcocho de una textura densa y un inconfundible sabor a café que hará las delicias de los más cafeteros.
Los ingredientes que usé fueron:
- 250 gr. de harina.
- Un sobre de levadura tipo Royal.
- Una pizca de sal.
- Cuatro huevos talla L a temperatura ambiente.
- 200 gr. de azúcar muscavado Moka (en su defecto puedes usar azúcar moreno pero si la consiguen la recomiendo. En mi caso la conseguí en Carrefour).
- 250 gr. de queso mascarpone a temperatura ambiente.
- 100 ml. de aceite de girasol.
- 50 ml. de café fuerte, ya frío.
- 85 gr. de pepitas de chocolate.
- Cuatro cucharadas colmadas de azúcar glass, una cucharada de café y una cucharada de leche para el glaseado.
Ponemos el horno a calentar a 170º.
Cascamos los huevos en dos boles, separando las yemas de las claras.
Montamos las claras a punto de nieve firme y las reservamos.
Añadimos el azúcar a las yemas y batimos con varillas eléctricas hasta que blanqueen.
Vertemos el café, el aceite y añadimos el mascarpone.
Seguimos batiendo hasta que esté bien integrado.
Tamizamos sobre la mezcla el harina, la levadura y la sal.
Mezclamos con una espátula hasta que no haya grumos.
Echamos las claras sobre la masa, de dos veces, e integramos con una espátula con movimientos envolvente para que no se nos bajen.
Por último, añadimos las pepitas de chocolate y las integramos a la masa con suavidad.
Repartimos la masa en un molde, que previamente habremos engrasado, y alisamos con una espátula.
Damos unos golpecitos al molde sobre la encimera para que se asiente bien la masa.
Metemos al horno y cocinamos unos 35-40 minutos, hasta que al pincharlo con una brocheta ésta salga limpia.
Dejamos que enfríe durante 15 minutos sobre una rejilla.
Desmoldamos el queque sobre una rejilla y dejamos que enfríe por completo.
Para el glaseado, ponemos los ingredientes en un bol y mezclamos hasta que tenga la consistencia deseada.
Colocamos papel de horno bajo la rejilla y vertemos el glaseado sobre el queque.
Dejamos que se seque al aire.
Una vez que el glaseado esté seco, trasladamos el queque a una bandeja y lo tenemos listo para disfrutarlo.
Miren el colorcillo que le da el azúcar al queque. Y el toquecito de café del glaseado le queda divino.
Y esta es la foto del corte. Como se ve un queque con mucho cuerpo y además con mucho sabor.
Estupendo para combatir el frío que se avecina.
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