BLONDIE DE ARÁNDANOS

viernes, febrero 08, 2019

Aprovechando que volvemos a tener arándanos en el mercado, les traigo este rico dulce. Que no se diga que no incorporamos fruta en nuestra dieta,jeje.
Bromas aparte, creo que la fruta le aporta a los dulces una jugosidad especial que hacen que estén aún más ricos y que además consigue que se mantengan jugosos por más tiempo.
La textura de éste en concreto es ligeramente crujiente en el exterior y muy jugoso en el interior.
Podemos comerlo tanto frío como templado. Si lo comen templado les recomiendo que lo acompañen de una bolita de helado.
Los ingredientes que usé fueron:

120 gr. de mantequilla.
Dos huevos talla L a temperatura ambiente.
Una cucharadita de vainilla.
Media cucharadita de extracto de almendras.
130 gr. de azúcar blanquilla más un par de cucharadas para espolvorear.
180 gr. de harina.
Una cucharadita de canela molida.
Una pizca de sal.
225 gr. de arándanos frescos.

Ponemos a calentar el horno a 180º.
Engrasamos un molde bajo, de unos 28 cm, y le colocamos papel de horno en el fondo.

Ponemos la mantequilla en un calentador y la derretimos a fuego bajo. Dejamos que temple, a temperatura ambiente.

En un bol echamos el harina tamizado, el azúcar, la canela y la sal. Removemos con varillas manuales para que se integre todo.

En otro bol cascamos los huevos y añadimos la mantequilla derretida, la vainilla y el extracto de almendras. Mezclamos bien.

Vertemos la mezcla de líquidos sobre la mezcla de sólidos y mezclamos con varillas.
Terminamos de mezclar con una espátula, asegurándonos que no nos quedan restos en el fondo sin mezclar.

Por último, incorporamos los arándanos y mezclamos suavemente con una espátula para no romperlos.

Repartimos la mezcla en el molde, alisándola con una espátula, y espolvoreamos un par de cucharadas más sobre ella.

Llevamos al horno y dejamos cocinar durante 35-40 minutos, hasta que al pincharla con una brocheta salga limpia.

Como dije, lo podemos comer tanto templado como frío.
Si queremos desmoldarlo, como en mi caso, dejamos que enfríe primero en el molde, le damos la vuelta sobre un plato, retiramos el papel, y volvemos a dar la vuelta sobre el plato de servir.

Miren esa costrita crujiente que le queda en el exterior.

Y miren ese interior, con los arándanos bien repartidos por todas partes.

Como les dije, crujiente por fuera y jugoso por dentro. Un disfrute total.

Carolina López Rodríguez

Las recetas que he ido seleccionando para este blog han sido las que he considerado más sencillitas y rápidas, aunque de vez en cuando me atrevo con alguna un poco más elaborada.
Espero que les gusten y si a alguien les son útiles me alegraré mucho.