PAN INTEGRAL CON SALVADO Y SEMILLAS
martes, enero 22, 2019
Por si a alguien aún le queda dudas, me encanta cocinar. Disfruto mucho haciéndolo y sobre todo compartiendo las cosas que cocino.
Pero una de las cosas con las que más disfruto es haciendo pan. Muy lejos de ser una experta, me maravilla como se transforma la masa y sobre todo, ese olor a pan recién horneado que se queda en toda la casa.
En esta ocasión me he decidido a preparar unos panes con una mezcla de harina integral, enriquecido con el salvado de trigo y la mezcla de semillas.
Queda genial para preparar bocatas y, además, congela muy bien. Sacándolo un par de horas antes de consumirlo del congelador lo tenemos listo para disfrutarlo.
Los ingredientes que usé fueron:
En un bol ponemos los dos tipos de harina, el salvado y la sal.
Mezclamos bien para que se integre todo y formamos un pequeño volcán en el centro.
Añadimos las semillas y vertemos el agua con levadura, la miel y el aceite de oliva.
Vamos amasando hasta que tengamos una masa que no se pegue a las paredes del bol.
Formamos una bola con la masa y la ponemos en un bol, previamente engrasado.
Lo cubrimos con un trapo y lo dejamos reposar hasta que la masa doble su volumen. Dependerá de la calidez del ambiente. La mía tardó unas dos horas.
Sacamos la masa del bol y la estiramos con un rodillo, dándole forma rectangular.
Dividimos la masa en seis partes iguales (yo tuve que rehacer la masa y volverla a estirar porque como ven en la foto me quedaron muy desiguales los trozos).
Con cada porción damos forma a los panes, básicamente dándoles una forma un poco ovalada.
Cubrimos nuevamente con un trapo y dejamos que doblen su tamaño. Este levado es más corto, entre media hora y 45 minutos.
Calentamos el horno a 190º.
Pintamos los panes con un poco de agua y les espolvoreamos unas pocas semillas sobre la parte superior.
Metemos en el horno y cocinamos durante unos 25-30 minutos, dependiendo de los más o menos dorado que nos guste el pan. En cualquier caso para comprobar que están hechos, al golpearlos en la base debe sonar hueco.
Los sacamos y, en cuanto los podamos manipular, los pasamos a una rejilla para que se enfríen.
Miren que pinta más rica que tienen estos panes.
Las semillas, tanto en el interior como en la corteza, le quedan genial.
Y aquí el interior, preparadito para rellenarlo con lo que más nos guste.
Un poco de pechuga de pollo a la plancha con una loncha de queso fue mi primera alternativa.
Como les dije, genial para preparar bocatas o para comer como acompañamiento en la comida.
Fuente: Cocinando con Kisa (con modificaciones).
Pero una de las cosas con las que más disfruto es haciendo pan. Muy lejos de ser una experta, me maravilla como se transforma la masa y sobre todo, ese olor a pan recién horneado que se queda en toda la casa.
En esta ocasión me he decidido a preparar unos panes con una mezcla de harina integral, enriquecido con el salvado de trigo y la mezcla de semillas.
Queda genial para preparar bocatas y, además, congela muy bien. Sacándolo un par de horas antes de consumirlo del congelador lo tenemos listo para disfrutarlo.
Los ingredientes que usé fueron:
- 245 gr. de harina de fuerza.
- 245 gr. de harina integral.
- 50 gr. de salvado de trigo.
- 300 ml. de agua tibia.
- 15 gr. de levadura fresca de panadería.
- 10 gr. de miel.
- 30 gr. de aceite de oliva.
- 10 gr. de sal.
- 45 gr. de mezcla de semillas más unas pocas más para espolvorear los panes.
En un bol ponemos los dos tipos de harina, el salvado y la sal.
Mezclamos bien para que se integre todo y formamos un pequeño volcán en el centro.
Añadimos las semillas y vertemos el agua con levadura, la miel y el aceite de oliva.
Vamos amasando hasta que tengamos una masa que no se pegue a las paredes del bol.
Formamos una bola con la masa y la ponemos en un bol, previamente engrasado.
Lo cubrimos con un trapo y lo dejamos reposar hasta que la masa doble su volumen. Dependerá de la calidez del ambiente. La mía tardó unas dos horas.
Sacamos la masa del bol y la estiramos con un rodillo, dándole forma rectangular.
Dividimos la masa en seis partes iguales (yo tuve que rehacer la masa y volverla a estirar porque como ven en la foto me quedaron muy desiguales los trozos).
Con cada porción damos forma a los panes, básicamente dándoles una forma un poco ovalada.
Cubrimos nuevamente con un trapo y dejamos que doblen su tamaño. Este levado es más corto, entre media hora y 45 minutos.
Calentamos el horno a 190º.
Pintamos los panes con un poco de agua y les espolvoreamos unas pocas semillas sobre la parte superior.
Metemos en el horno y cocinamos durante unos 25-30 minutos, dependiendo de los más o menos dorado que nos guste el pan. En cualquier caso para comprobar que están hechos, al golpearlos en la base debe sonar hueco.
Los sacamos y, en cuanto los podamos manipular, los pasamos a una rejilla para que se enfríen.
Miren que pinta más rica que tienen estos panes.
Las semillas, tanto en el interior como en la corteza, le quedan genial.
Y aquí el interior, preparadito para rellenarlo con lo que más nos guste.
Un poco de pechuga de pollo a la plancha con una loncha de queso fue mi primera alternativa.
Como les dije, genial para preparar bocatas o para comer como acompañamiento en la comida.
Fuente: Cocinando con Kisa (con modificaciones).
1 No te cortes y deja tu comentario.
No hay nada como el pan casero! me apunto, y más si es integral :)
ResponderEliminarMuchísimas gracias por dejar tu comentario.