SOLOMILLO AL HORNO CON SALSA DE VINO Y PORTOBELLOS CON JAMÓN
martes, diciembre 11, 2018
El año pasado por estas fechas preparé esta receta para compartirla con ustedes como propuesta para las comidas o cenas navideñas. Pero, en el momento de descargar la fotos, tuve un pequeño problema con el ordenador y perdí la mitad de ellas.
Este año la he vuelto a preparar y, además, le he hecho algunas modificaciones, por lo que podríamos decir que la de hoy es una receta dos por uno. Con una misma elaboración podemos conseguir dos platos diferentes, cambiando sólo uno de los ingredientes, el vino.
Cuando la preparé el año pasado utilicé un buen vino blanco. Este año he utilizado un vino dulce, concretamente Pedro Ximénez, y he modificado apenas un poco la preparación.
De cualquiera de las dos formas les aseguro que queda riquísima la carne y que van a conquistar hasta a los paladares más exigentes.
Los ingredientes que usé fueron:
Limpiamos bien el solomillo de grasas y lo salpimentamos por todos los lados.
Podemos dejar los ajos enteros (lo hice así el año pasado) o los podemos picar bien menudos.
En una sartén, con un poco de aceite, doramos el solomillo por todos los lados.
Lo pasamos a una fuente y lo metemos en el horno. Dejamos que se cocine durante 20 minutos.
Mientras seguimos preparando la salsa.
En la misma sartén donde doramos el solomillo rehogamos los ajos y le añadimos el tomillo.
Regamos con el vino (blanco o dulce, a elección) y dejamos un minuto a fuego vivo para que se evapore el alcohol.
Ahora les cuento las dos maneras en que lo realicé.
La primera opción sería colar el contenido de la sartén en un calentador (en ese caso los dientes de ajo estaban enteros) y vertemos la nata.
Ponemos una cucharadita de sal y un poco de pimienta y removemos con varillas para que se integre todo bien.
Dejamos cocinando hasta que hierva y espese un poco, removiendo constantemente.
La segunda opción sería verter directamente la nata en la sartén (en este caso los ajos estaban picaditos y se mantendrían en la salsa).
Echamos sal y pimienta, removemos con varillas y dejamos hasta que hierva y espese, sin dejar de remover.
Cuando el solomillo esté listo, lo sacamos y lo dejamos reposar. Lo podemos envolver en papel de aluminio.
Ahora vamos a preparar la guarnición.
Pelamos y cortamos en láminas los ajos.
Lavamos los champiñones y los cortamos en láminas o cuartos.
Ponemos un poco de aceite en una sartén y rehogamos los ajos.
Añadimos los champiñones y espolvoreamos con un poco de pimienta.
Cuando los champiñones estén casi cocinados, regamos con un chorro de vino blanco y dejamos evaporar a fuego fuerte.
Echamos las migas de jamón ( media cajita en mi caso) y el perejil picado. (No añadimos sal porque el jamón al cocinarse sala bastante).
Removemos un par de minutos para que se integre todo bien y apagamos el fuego.
Troceamos el solomillo en medallones.
Podemos optar por servirlo directamente y salsearlo o, como hice este año, añadirlo a la sartén con la salsa.
Lo dejamos cocinar un par de minutos, zarandeando la sartén para que se salsee bien y listo.
A la hora de presentarlo, podemos colocarlo todo en una bandeja, con los champiñones a un lado y, como hice el año pasado, con unas zanahorias cocidas a bastones, con un poco de la salsa y el resto en una salsera para que cada uno se sirva al gusto.
O podemos servirlo directamente en raciones individuales.
Esta es la foto del que cociné con el vino blanco.
Y esta es la foto del que cociné este año con el vino dulce.
Cualquiera de las dos opciones queda riquísima.
Este año la he vuelto a preparar y, además, le he hecho algunas modificaciones, por lo que podríamos decir que la de hoy es una receta dos por uno. Con una misma elaboración podemos conseguir dos platos diferentes, cambiando sólo uno de los ingredientes, el vino.
Cuando la preparé el año pasado utilicé un buen vino blanco. Este año he utilizado un vino dulce, concretamente Pedro Ximénez, y he modificado apenas un poco la preparación.
De cualquiera de las dos formas les aseguro que queda riquísima la carne y que van a conquistar hasta a los paladares más exigentes.
Los ingredientes que usé fueron:
- Un solomillo de cerdo.
- Dos dientes de ajo.
- Un poco de tomillo (como una cucharadita).
- 200 ml. de vino (puede ser blanco o dulce).
- 200 ml. de nata líquida para cocinar.
- Aceite de oliva.
- Sal.
- Pimienta.
- Una bandeja de champiñones portobello.
- Dos dientes de ajo.
- Jamón en migas al gusto.
- Un chorro de vino blanco.
- Pimienta negra.
- Perejil picado (seco o fresco).
Limpiamos bien el solomillo de grasas y lo salpimentamos por todos los lados.
Podemos dejar los ajos enteros (lo hice así el año pasado) o los podemos picar bien menudos.
En una sartén, con un poco de aceite, doramos el solomillo por todos los lados.
Lo pasamos a una fuente y lo metemos en el horno. Dejamos que se cocine durante 20 minutos.
Mientras seguimos preparando la salsa.
En la misma sartén donde doramos el solomillo rehogamos los ajos y le añadimos el tomillo.
Regamos con el vino (blanco o dulce, a elección) y dejamos un minuto a fuego vivo para que se evapore el alcohol.
Ahora les cuento las dos maneras en que lo realicé.
La primera opción sería colar el contenido de la sartén en un calentador (en ese caso los dientes de ajo estaban enteros) y vertemos la nata.
Ponemos una cucharadita de sal y un poco de pimienta y removemos con varillas para que se integre todo bien.
Dejamos cocinando hasta que hierva y espese un poco, removiendo constantemente.
La segunda opción sería verter directamente la nata en la sartén (en este caso los ajos estaban picaditos y se mantendrían en la salsa).
Echamos sal y pimienta, removemos con varillas y dejamos hasta que hierva y espese, sin dejar de remover.
Cuando el solomillo esté listo, lo sacamos y lo dejamos reposar. Lo podemos envolver en papel de aluminio.
Ahora vamos a preparar la guarnición.
Pelamos y cortamos en láminas los ajos.
Lavamos los champiñones y los cortamos en láminas o cuartos.
Ponemos un poco de aceite en una sartén y rehogamos los ajos.
Añadimos los champiñones y espolvoreamos con un poco de pimienta.
Cuando los champiñones estén casi cocinados, regamos con un chorro de vino blanco y dejamos evaporar a fuego fuerte.
Echamos las migas de jamón ( media cajita en mi caso) y el perejil picado. (No añadimos sal porque el jamón al cocinarse sala bastante).
Removemos un par de minutos para que se integre todo bien y apagamos el fuego.
Troceamos el solomillo en medallones.
Podemos optar por servirlo directamente y salsearlo o, como hice este año, añadirlo a la sartén con la salsa.
Lo dejamos cocinar un par de minutos, zarandeando la sartén para que se salsee bien y listo.
A la hora de presentarlo, podemos colocarlo todo en una bandeja, con los champiñones a un lado y, como hice el año pasado, con unas zanahorias cocidas a bastones, con un poco de la salsa y el resto en una salsera para que cada uno se sirva al gusto.
O podemos servirlo directamente en raciones individuales.
Esta es la foto del que cociné con el vino blanco.
Y esta es la foto del que cociné este año con el vino dulce.
Cualquiera de las dos opciones queda riquísima.
2 No te cortes y deja tu comentario.
Que pinta tiene eso con la salsita por encima madreeeeeeeeeeeeee! Me encanta!
ResponderEliminarBuenas:
ResponderEliminarComo ya hice con el bizcocho de limón, este fin de semana pasado te he copiado esta receta, la del pedro Ximénez. Nos ha gustado mucho, tengo que probar también con el vino blanco que será menos dulce. Le gustó a mi hija, que no es nada de carne y, se lo comió sin problemas porque le encantó la salsita dulce.
Te seguiré copiando, con permiso, porque haces recetas sencillas, sin grandes complicaciones y rápidas.
Un saludo.
Muchísimas gracias por dejar tu comentario.