TARTA DE MERENGUE Y LIMÓN

viernes, noviembre 02, 2018

Les voy a contar un secreto. Esta tarta tan "aparente" que les traigo hoy no es más que un queque de yogur, de los de toda la vida, engalanado y vestido de fiesta.
La preparé para el cumpleaños de una de mis hermanas. Su queque favorito es el de yogur y además le encanta la típica tarta de limón y merengue, así que he hecho una fusión de ambas.
Los ingredientes que usé fueron: (Todos los ingredientes tienen que estar a temperatura ambiente).
Para la crema de limón: (Sobrará bastante así que pueden preparar la mitad).

100 ml. de zumo de limón.
100 ml. de agua.
100 gr. de azúcar.
20 gr. de maicena.
Unas gotas de colorante amarillo (opcional).

Para los bizcochos: (También podemos coger como medida el vaso del yogur)

250 gr. de harina. (Tres vasos)
200 gr. de azúcar. (Dos vasos)
Una pizca de sal.
Dos cucharaditas de levadura tipo Royal.
Tres huevos talla L.
125 gr. de yogur natural.
125 ml. de aceite de girasol. (Un vaso)
Ralladura de limón.
Una cucharadita de vainilla.

Para el merengue italiano:

Tres claras de huevo a temperatura ambiente.
300 gramos de azúcar.
60 ml. de agua.

Empezamos preparando los bizcochos.
Ponemos a calentar el horno a 170º.
Engrasamos dos moldes de 20 cm.

Ponemos en un bol los huevos con el azúcar y batimos hasta que queden bien espumosos. (Esta parte es la única de los bizcochos que hago con las varillas eléctricas, el resto lo continúo a mano para que los huevos no bajen.)

Añadimos el yogur, el aceite, la vainilla y la ralladura de limón. Removemos hasta que esté bien mezclado.

Tamizamos sobre la mezcla el harina, la levadura y la sal. Mezclamos con una espátula hasta que no tengamos grumos en la masa.

Repartimos la masa en los dos moldes y llevamos al horno durante unos 20 minutos. Al pincharlos con un palo de brocheta debe salir limpio.

Mientras se hacen los bizcochos preparamos la crema.
En un calentador ponemos el azúcar con la maicena y mezclamos bien.

Vertemos el zumo y el agua y batimos hasta que no hayan grumos.

Llevamos al fuego y cocinamos a fuego medio-bajo, sin dejar de remover, hasta que la mezcla espese.

Si queremos darle un poco de color a la crema, añadimos unas gotas de colorante amarillo y removemos hasta que tengamos un color homogéneo.

Cubrimos con papel film, pegado sobre la crema, y dejamos enfriar, primero a temperatura ambiente y luego en la nevera.

Cuando los bizcochos estén listos, los sacamos y los dejamos que templen un poco sobre una rejilla.

Desmoldamos y les damos la vuelta sobre una rejilla.

Aún calientes, los envolvemos en papel film y dejamos que enfríen completamente. De esta manera retendrán bastante humedad.

Vamos ahora con el merengue.
Ponemos 250 gr. de azúcar y el agua en un calentador y lo ponemos a fuego medio, sin remover.

En el bol de la batidora ponemos las claras y las empezamos a batir, hasta que estén un poco espumosas.

Si dejar de batir, vamos añadiendo los 50 gr. de azúcar restantes en forma de lluvia.

Montamos hasta que esté bien firme.

Para comprobar que el almíbar está en su punto, metemos una espumadera en él. La sacamos y soplamos. Si hace burbuja ya está listo.

Vamos añadiendo el almíbar caliente al merengue, mientras seguimos batiendo a velocidad media-alta.

Una vez añadido todo el almíbar, seguimos batiendo a velocidad alta hasta que se enfríe.

Para el montaje de la tarta, lo primero que haremos es sacar la crema de limón de la nevera y batirla con varillas manuales para que recupere la cremosidad.

Manchamos con un poco de merengue en plato donde vamos a presentar la tarta y colocamos uno de los bizcochos. Cubrimos con una capa de merengue.

Sobre el merengue repartimos una capa de crema de limón. La cantidad es al gusto. Para hacerlo lo más práctico es ponerla en una bolsita a modo de manga y repartirla sobre el merengue, así no se mezclarán.

Cubrimos con el otro bizcocho.

Damos una primera capa de merengue por toda la tarta y dejamos un ratito en la nevera.

Cubrimos con una capa bien generosa de merengue. Lo haremos de forma tosca, levantando picos con la espátula.

Por último, con un soplete de cocina, quemamos un poco el merengue para darle aspecto tostado.

Guardamos nuestra tarta en la nevera hasta el momento de servirla.

Como pueden ver, queda una tarta con una apariencia espectacular.

Me encanta como luce el merengue tostado.

Y este es el interior, con un corte de lo más apetecible.

El contraste del dulzor del merengue con el ácido de la crema de limón es una delicia.

Carolina López Rodríguez

Las recetas que he ido seleccionando para este blog han sido las que he considerado más sencillitas y rápidas, aunque de vez en cuando me atrevo con alguna un poco más elaborada.
Espero que les gusten y si a alguien les son útiles me alegraré mucho.