FOGACCIA
martes, mayo 22, 2018
Antes de que lleguen los calores, y ya se haga más pesado encender el horno ( aunque yo confieso que mi horno trabaja todo el año), les traigo este rico pan de origen italiano que está riquísimo.
A mí me recuerda a la base de la pizza aunque con más grosor. Lo preparé para una comida familiar, como entrante, acompañado de unas aceitunitas, y quedó genial.
Los ingredientes que usé fueron:
En un bol amplio ponemos el harina, la sal y el orégano.
Mezclamos bien y formamos una especie de cráter de volcán en el centro.
Vertemos el agua con la levadura y el aceite en el centro y vamos mezclando.
Amasamos hasta que consigamos una masa que apenas se nos pegue a los dedos.
Formamos una bola con la masa y la ponemos dentro de un bol engrasado.
La cubrimos con un trapo seco y la dejamos reposar de una hora y media a dos horas, hasta que doble su volumen.
Engrasamos con aceite una bandeja rectangular (la que usé mide 33x23 cm).
Volcamos la masa en la bandeja.
Vamos acomodándola con las manos hasta ocupar el fondo de la bandeja.
La cubrimos nuevamente con el trapo y la dejamos reposar una media hora, hasta que doble su volumen.
Mientras ponemos el horno a calentar a 210º.
Con los dedos formamos los agujeros sobre la masa, sin llegar al fondo del todo.
Espolvoreamos sobre la superficie sal en escamas y orégano y regamos con un hilo de aceite de oliva.
Metemos al horno y dejamos cocinar entre 20-25 minutos, hasta que veamos que está dorada.
Sacamos del molde y dejamos enfriar sobre una rejilla.
Lo trasladamos a una bandeja y lo tenemos listo para disfrutar.
Aquí un poquito más de cerca.
Y aquí el interior, con el saborcito intenso que le da el aceite de oliva.
Un vicio de los ricos.
A mí me recuerda a la base de la pizza aunque con más grosor. Lo preparé para una comida familiar, como entrante, acompañado de unas aceitunitas, y quedó genial.
Los ingredientes que usé fueron:
- 50o gr. de harina de fuerza.
- 300 ml. de agua templada.
- 100 ml. de aceite de oliva virgen extra.
- Una cucharadita de sal.
- 20 gr. de levadura fresca de panadería.
- Una cucharadita de azúcar.
- Una cucharada colmada de orégano.
- Aceite de oliva virgen extra, sal en escamas y orégano para espolvorear.
En un bol amplio ponemos el harina, la sal y el orégano.
Mezclamos bien y formamos una especie de cráter de volcán en el centro.
Vertemos el agua con la levadura y el aceite en el centro y vamos mezclando.
Amasamos hasta que consigamos una masa que apenas se nos pegue a los dedos.
Formamos una bola con la masa y la ponemos dentro de un bol engrasado.
La cubrimos con un trapo seco y la dejamos reposar de una hora y media a dos horas, hasta que doble su volumen.
Engrasamos con aceite una bandeja rectangular (la que usé mide 33x23 cm).
Volcamos la masa en la bandeja.
Vamos acomodándola con las manos hasta ocupar el fondo de la bandeja.
La cubrimos nuevamente con el trapo y la dejamos reposar una media hora, hasta que doble su volumen.
Mientras ponemos el horno a calentar a 210º.
Con los dedos formamos los agujeros sobre la masa, sin llegar al fondo del todo.
Espolvoreamos sobre la superficie sal en escamas y orégano y regamos con un hilo de aceite de oliva.
Metemos al horno y dejamos cocinar entre 20-25 minutos, hasta que veamos que está dorada.
Sacamos del molde y dejamos enfriar sobre una rejilla.
Lo trasladamos a una bandeja y lo tenemos listo para disfrutar.
Aquí un poquito más de cerca.
Y aquí el interior, con el saborcito intenso que le da el aceite de oliva.
Un vicio de los ricos.
1 No te cortes y deja tu comentario.
Qué rica, tiene una pinta buenísima :)
ResponderEliminarMuchísimas gracias por dejar tu comentario.