QUEQUE DE VAINILLA Y CHOCOLATE
viernes, enero 12, 2018
Hoy les traigo un queque con una combinación de sabores clásica que suele gustar a todo el mundo y que es siempre un acierto.
Además, al utilizar azúcar moreno en lugar de blanco le queda un toque a caramelo sensacional.
Los ingredientes que usé fueron:
En un bol ponemos el azúcar con la mantequilla y la vainilla y batimos hasta que esté bien cremosa.
En un bol tamizamos el harina, la levadura y la sal y mezclamos bien.
Vamos añadiendo a la mezcla de mantequilla y azúcar los huevos, ligeramente batidos. Los iremos añadiendo de uno en uno y no añadiremos el siguiente hasta que el anterior esté completamente integrado.
Ahora iremos añadiendo la mezcla de harina y la nata de forma alterna.
Primero añadimos un tercio de la mezcla de harina y mezclamos.
Añadimos luego la mitad de la nata mientras seguimos mezclando.
Seguimos añadiendo otro tercio de harina, el resto de la nata y luego el resto del harina. Al final, mezclamos con una espátula para asegurarnos que no nos queden restos sin mezclar en el fondo del bol.
Por últimos añadimos el chocolate troceado o las pepitas de chocolate y mezclamos con la espátula.
Engrasamos bien el molde que vamos a utilizar y vertemos la mezcla en él. Damos unos golpecitos en la encimera al molde para que se asiente la masa y se elimine cualquier burbuja de aire.
Horneamos sobre la rejilla durante 45-50 minutos, hasta que al pincharlo con un palo de brocheta éste salga limpio.
Sacamos y dejamos sobre una rejilla de 15 a 20 minutos.
Desmoldamos dando la vuelta y dejamos enfriar completamente sobre una rejilla.
Podemos dejarlo tal cual o prepararle un glaseado. Yo siempre lo prefiero glaseado.
Ponemos el azúcar en un bol y añadimos la leche poco a poco.
Removemos hasta que tengamos una textura densa pero fluida, como se ve en la foto.
Lo ponemos en una bolsita para que nos sea más fácil verterlo sobre el queque.
Vertemos el glaseado sobre el queque, colocando un papel de horno debajo para recoger lo que caiga, y dejamos que se seque.
Lo ponemos en una bandejita y ya lo tenemos listo para disfrutar.
Miren que corte más rico tiene, con esos trocitos de chocolate asomando.
Perfecto para disfrutar en el desayuno, en la merienda o para satisfacer las ganas de dulce.
Además, al utilizar azúcar moreno en lugar de blanco le queda un toque a caramelo sensacional.
Los ingredientes que usé fueron:
- 200 gr. de mantequilla a temperatura ambiente.
- 250 gr. de azúcar moreno.
- Cuatro huevos talla L a temperatura ambiente.
- 200 ml. de nata para montar a temperatura ambiente (alguna vez lo he hecho con leche en lugar de nata y también queda genial).
- 300 gr. de harina de trigo.
- Un sobre de levadura tipo Royal.
- Una pizca de sal.
- Una cucharadita de vainilla en pasta.
- 75 gr. de chocolate negro troceado (o pepitas de chocolate).
- 120 gr. de azúcar glass y 2 ó 3 cucharadas de leche para el glaseado. (opcional).
En un bol ponemos el azúcar con la mantequilla y la vainilla y batimos hasta que esté bien cremosa.
En un bol tamizamos el harina, la levadura y la sal y mezclamos bien.
Vamos añadiendo a la mezcla de mantequilla y azúcar los huevos, ligeramente batidos. Los iremos añadiendo de uno en uno y no añadiremos el siguiente hasta que el anterior esté completamente integrado.
Ahora iremos añadiendo la mezcla de harina y la nata de forma alterna.
Primero añadimos un tercio de la mezcla de harina y mezclamos.
Añadimos luego la mitad de la nata mientras seguimos mezclando.
Seguimos añadiendo otro tercio de harina, el resto de la nata y luego el resto del harina. Al final, mezclamos con una espátula para asegurarnos que no nos queden restos sin mezclar en el fondo del bol.
Por últimos añadimos el chocolate troceado o las pepitas de chocolate y mezclamos con la espátula.
Engrasamos bien el molde que vamos a utilizar y vertemos la mezcla en él. Damos unos golpecitos en la encimera al molde para que se asiente la masa y se elimine cualquier burbuja de aire.
Horneamos sobre la rejilla durante 45-50 minutos, hasta que al pincharlo con un palo de brocheta éste salga limpio.
Sacamos y dejamos sobre una rejilla de 15 a 20 minutos.
Desmoldamos dando la vuelta y dejamos enfriar completamente sobre una rejilla.
Podemos dejarlo tal cual o prepararle un glaseado. Yo siempre lo prefiero glaseado.
Ponemos el azúcar en un bol y añadimos la leche poco a poco.
Removemos hasta que tengamos una textura densa pero fluida, como se ve en la foto.
Lo ponemos en una bolsita para que nos sea más fácil verterlo sobre el queque.
Vertemos el glaseado sobre el queque, colocando un papel de horno debajo para recoger lo que caiga, y dejamos que se seque.
Lo ponemos en una bandejita y ya lo tenemos listo para disfrutar.
Miren que corte más rico tiene, con esos trocitos de chocolate asomando.
Perfecto para disfrutar en el desayuno, en la merienda o para satisfacer las ganas de dulce.
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Guauuu que pintaa tiene este queque
ResponderEliminarImpresionante. Me chifla ese molde, queda un queque perfecto y precioso.
ResponderEliminarUn bizcocho buenísimo y un molde chulísimas.
ResponderEliminarIdeal para una merienda de fin de semana.
Feliz sábado
UMMMMMMMMMMMMMMM me comía un trozo ahora mismo con un buen chocolate a la taza¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
ResponderEliminarMuchísimas gracias por dejar tu comentario.