Parece ser que en pocos días nos abandonarán estos calores tan intensos que estamos padeciendo, al menos por las noches que refrescará más.
No es que yo quiera que llegue el frío, que no me gusta nada, pero sí que me apetece que baje uno poquito la temperatura, más que nada para disfrutar de platos tan ricos como esta crema que con 35 grados no apetecen tanto.
Está genial como primer plato o como una cenita ligera. En cualquier caso, está riquísima, además de que es muy sencilla de preparar.
Los ingredientes que usé fueron:
Lavamos todas las verduras. Pelamos la papa y la batata. También la cebolla y el ajo. Raspamos la piel de las zanahorias y quitamos los extremos al calabacín.
Cortamos todo en trozos.
Ponemos toda la verdura en una fuente que pueda ir al horno. Espolvoreamos una cucharadita de sal gruesa, pimienta negra, una cucharadita de cúrcuma y un poco de tomillo. Regamos con un par de cucharadas de aceite de oliva.
Cubrimos la fuente con papel de aluminio.
Metemos al horno y dejamos cocinar una hora, hora y cuarto. Retiramos el papel y pinchamos la verdura para ver si está cocida. Si no lo está le damos un poco más de tiempo.
Pasamos toda la verdura a un caldero junto con todos los jugos que haya soltado.
Trituramos con el brazo de la batidora hasta que tengamos una crema fina.
Servimos y disfrutamos. A mi me gusta tomarla calentita, pero tibia también está muy rica. En mi caso, espolvoreé unas cuantas semillas sobre ella para darle un toque crujiente.
Como se aprecia, queda una crema bastante espesa. Si te gusta más ligera, añade en el momento de batirla medio vaso de agua o caldo caliente y así conseguirás aligerarla.
Un color precioso y un sabor estupendo.
No es que yo quiera que llegue el frío, que no me gusta nada, pero sí que me apetece que baje uno poquito la temperatura, más que nada para disfrutar de platos tan ricos como esta crema que con 35 grados no apetecen tanto.
Está genial como primer plato o como una cenita ligera. En cualquier caso, está riquísima, además de que es muy sencilla de preparar.
Los ingredientes que usé fueron:
- Una papa mediana.
- Una batata mediana (la usé blanca pero también se puede usar amarilla).
- Un trozo de calabaza (pesaba 400 gr.)
- Un calabacín grandecito.
- Tres zanahorias.
- Media cebolla.
- Un diente de ajo.
- Sal.
- Pimienta.
- Tomillo.
- Cúrcuma.
- Aceite de oliva.
- Medio vaso de agua o caldo caliente (opcional).
Lavamos todas las verduras. Pelamos la papa y la batata. También la cebolla y el ajo. Raspamos la piel de las zanahorias y quitamos los extremos al calabacín.
Cortamos todo en trozos.
Ponemos toda la verdura en una fuente que pueda ir al horno. Espolvoreamos una cucharadita de sal gruesa, pimienta negra, una cucharadita de cúrcuma y un poco de tomillo. Regamos con un par de cucharadas de aceite de oliva.
Cubrimos la fuente con papel de aluminio.
Metemos al horno y dejamos cocinar una hora, hora y cuarto. Retiramos el papel y pinchamos la verdura para ver si está cocida. Si no lo está le damos un poco más de tiempo.
Pasamos toda la verdura a un caldero junto con todos los jugos que haya soltado.
Trituramos con el brazo de la batidora hasta que tengamos una crema fina.
Servimos y disfrutamos. A mi me gusta tomarla calentita, pero tibia también está muy rica. En mi caso, espolvoreé unas cuantas semillas sobre ella para darle un toque crujiente.
Como se aprecia, queda una crema bastante espesa. Si te gusta más ligera, añade en el momento de batirla medio vaso de agua o caldo caliente y así conseguirás aligerarla.
Un color precioso y un sabor estupendo.