Este año, aunque un poco más tarde por cuestiones familiares, mi niña ha tenido también su tarta de cumpleaños.
Ella tenía claro que quería una tarta de Campanilla, con su polvo de hadas y todo, así que la mami se puso manos a la obra y este fue el resultado.
La idea era ponerle una muñequita de Campanilla sobre la tarta, pero como no la encontré opté por acompañarla con una muñeca con la que ella quedó encantada, además de poder hacer pompas de jabón con ella.
Eso sí, este año la celebración ha sido puramente familiar por lo que la tarta es en tamaño "normal".
Los ingredientes que usé fueron:
Para los bizcochos:
Ella tenía claro que quería una tarta de Campanilla, con su polvo de hadas y todo, así que la mami se puso manos a la obra y este fue el resultado.
La idea era ponerle una muñequita de Campanilla sobre la tarta, pero como no la encontré opté por acompañarla con una muñeca con la que ella quedó encantada, además de poder hacer pompas de jabón con ella.
Eso sí, este año la celebración ha sido puramente familiar por lo que la tarta es en tamaño "normal".
Los ingredientes que usé fueron:
Para los bizcochos:
- 425 gr. de harina.
- 225 gr. de mantequilla a temperatura ambiente.
- 330 gr. de azúcar.
- Cuatro huevos talla L a temperatura ambiente.
- Un vaso de yogur natural (125 gr.)
- 125 ml. de leche.
- Una cucharadita y media de pasta de toffe. (La puedes comprar en La Cocinita Cupcakes)
- Una cucharadita y media de levadura química tipo Royal.
- Media cucharadita de sal.
- Salsa de caramelo salado (Pincha aquí para ver la receta)
- 400 gr. de mantequilla a temperatura ambiente.
- 400 gr. de queso crema (entero) muy frío.
- 600 gr. de azúcar glass.
- Una cucharadita y media de pasta de vainilla (La puedes comprar en La Cocinita Cupcakes).
- Colorante verde.
- Fondant blanco y rosa.
- Polvo de hadas (Purpurina comestible).
Empezaremos por los bizcochos.
Precalentamos el horno a 170º.
En un bol tamizamos el harina, la levadura y la sal. Reservamos.
En una jarra echamos el yogur, la leche y la pasta de toffe y mezclamos. Reservamos.
En otro bol ponemos la mantequilla con el azúcar.
Batimos hasta que esté bien cremosa.
Vamos añadiendo los huevos de uno en uno, no añadiendo el siguiente hasta que el anterior esté integrado.
Añadimos un tercio del harina y mezclamos.
Vertemos la mitad de la mezcla de yogur y leche y seguimos mezclando.
Seguimos echando otro tercio de harina, el resto de la leche y yogur y acabamos con la última parte de harina.
Mezclamos bien, pero sin sobrebatir la masa, sólo hasta que esté todo bien integrado.
Preparamos tres moldes (estos de 22 cm.) engrasándolos y cubriendo el fondo con papel de horno.
Repartimos la mezcla por igual en los tres moldes. Alisamos bien.
Los vamos horneando de uno en uno, durante 18-20 minutos, hasta que al pincharlos con un palo de brocheta ésta salga limpia.
Dejamos que tibien sobre una rejilla.
Mezclamos bien, primero con una espátula y luego con la batidora hasta que se integren bien los dos ingredientes.
Añadimos el queso frío y la pasta de vainilla.
Batimos bien hasta que esté cremosita. De vez en cuando, rebañar el fondo del bol para que no nos queden partes sin mezclar.
La reservamos en la nevera hasta el día siguiente.
Vamos ya con el montaje de la tarta. Sacaremos un rato antes la crema de la nevera para que se ablande un poco.
Sobre una base de tartas colocamos un disco de bizcocho. Le colocamos unos trozos de papel de aluminio alrededor para que no se nos manche.
Extendemos un primer círculo de crema en el bizcocho. (Yo lo hago poniendo la crema en una manga con boquilla lisa o con un agujero ancho).
Ponemos un poco de salsa de caramelo sobre la parte de bizcocho sin crema.
Terminamos de cubrir con crema y alisamos con una espátula.
Formamos las demás capas y en la última sólo pondremos crema, no caramelo.
Cubrimos toda la tarta con una primera capa de crema. Dejamos en la nevera al menos media hora.
Damos una segunda capa de crema y dejamos reposar otra vez.
Retiramos el papel de aluminio e intentamos dejar la tarta lo más lisa posible.
Para los detalles verdes, teñí un poco de la crema con colorante verde y las tracé utilizando una manga pastelera y una boquilla del nº 3.
Luego repartí unas setas y unas flores que hice con fondant y escribí el nombre de Laura con la crema verde.
Finalmente hice unas hojitas con la crema verde, y usando una boquilla de hojas y le espolvoreé "polvo de hadas".
La acompañé de Campanilla y lista para sorprender a mi niña.
Aunque en principio no lo parezca, como ven es una tarta bastante sencilla de elaborar.
Y lo más importante es que, además de estar riquísima, a mi niña le encantó su tarta y se le dibujó una gran sonrisa cuando la vio.
Sin duda esa carita bien merece el esfuerzo de hacerla.
Y aquí, como no, la foto del corte.
Créanme cuando les digo que estaba deliciosa.
En una jarra echamos el yogur, la leche y la pasta de toffe y mezclamos. Reservamos.
En otro bol ponemos la mantequilla con el azúcar.
Batimos hasta que esté bien cremosa.
Vamos añadiendo los huevos de uno en uno, no añadiendo el siguiente hasta que el anterior esté integrado.
Añadimos un tercio del harina y mezclamos.
Vertemos la mitad de la mezcla de yogur y leche y seguimos mezclando.
Seguimos echando otro tercio de harina, el resto de la leche y yogur y acabamos con la última parte de harina.
Mezclamos bien, pero sin sobrebatir la masa, sólo hasta que esté todo bien integrado.
Preparamos tres moldes (estos de 22 cm.) engrasándolos y cubriendo el fondo con papel de horno.
Repartimos la mezcla por igual en los tres moldes. Alisamos bien.
Los vamos horneando de uno en uno, durante 18-20 minutos, hasta que al pincharlos con un palo de brocheta ésta salga limpia.
Dejamos que tibien sobre una rejilla.
Los desmoldamos dándoles la vuelta y les retiramos el papel de la base.
Dejamos que se enfríen completamente sobre una rejilla.
Una vez fríos, los envolvemos con papel film y los dejamos a temperatura ambiente hasta el día siguiente.
Para la crema, ponemos la mantequilla en un bol y la batimos hasta que esté bien cremosa.
Añadimos el azúcar glass, tamizándola primero.Mezclamos bien, primero con una espátula y luego con la batidora hasta que se integren bien los dos ingredientes.
Añadimos el queso frío y la pasta de vainilla.
Batimos bien hasta que esté cremosita. De vez en cuando, rebañar el fondo del bol para que no nos queden partes sin mezclar.
La reservamos en la nevera hasta el día siguiente.
Vamos ya con el montaje de la tarta. Sacaremos un rato antes la crema de la nevera para que se ablande un poco.
Sobre una base de tartas colocamos un disco de bizcocho. Le colocamos unos trozos de papel de aluminio alrededor para que no se nos manche.
Extendemos un primer círculo de crema en el bizcocho. (Yo lo hago poniendo la crema en una manga con boquilla lisa o con un agujero ancho).
Ponemos un poco de salsa de caramelo sobre la parte de bizcocho sin crema.
Terminamos de cubrir con crema y alisamos con una espátula.
Formamos las demás capas y en la última sólo pondremos crema, no caramelo.
Cubrimos toda la tarta con una primera capa de crema. Dejamos en la nevera al menos media hora.
Damos una segunda capa de crema y dejamos reposar otra vez.
Retiramos el papel de aluminio e intentamos dejar la tarta lo más lisa posible.
Para los detalles verdes, teñí un poco de la crema con colorante verde y las tracé utilizando una manga pastelera y una boquilla del nº 3.
Luego repartí unas setas y unas flores que hice con fondant y escribí el nombre de Laura con la crema verde.
Finalmente hice unas hojitas con la crema verde, y usando una boquilla de hojas y le espolvoreé "polvo de hadas".
La acompañé de Campanilla y lista para sorprender a mi niña.
Aunque en principio no lo parezca, como ven es una tarta bastante sencilla de elaborar.
Y lo más importante es que, además de estar riquísima, a mi niña le encantó su tarta y se le dibujó una gran sonrisa cuando la vio.
Sin duda esa carita bien merece el esfuerzo de hacerla.
Y aquí, como no, la foto del corte.
Créanme cuando les digo que estaba deliciosa.