La manzana. Sin lugar a dudas, una de las frutas protagonistas del otoño. Además de ser una de mis frutas favoritas.
Será por ésto por lo que será también protagonista en este blog en la sección de postres y tartas.
En los últimos tiempos he ido haciendo distintas recetas con manzanas que les iré mostrando poco a poco. Las intercalaré con alguna que otra receta que no la lleve para no aburrirles, pero es que me gusta tanto...
La de hoy es una tarta de estilo alemana, en la que se combina la fruta en un rico pastel coronado con el streusel, la capa de migas que lleva en la parte superior.
Sólo puedo decir de ella que está increíblemente rica y que es ideal para una merienda o para un buen desayuno.
Los ingredientes que usé fueron:
Para el streusel:
Ponemos todos los ingredientes en un bol.
Vamos mezclando, mejor con las manos, hasta que consigamos una mezcla hecha migas.
La metemos en el congelador hasta que la vayamos a poner sobre la tarta.
Ponemos a calentar el horno a 180º mientras preparamos la tarta.
En un bol ponemos la mantequilla con el azúcar.
Batimos hasta tener una mezcla cremosa.
Añadimos los huevos de uno en uno. Añadimos uno, batimos y, una vez integrado, añadimos el otro.
Echamos en el bol el harina y la levadura, pasando ambos antes por un colador.
Mezclamos hasta que tengamos una masa homogénea. Queda una masa bastante densa.
Engrasamos con mantequilla un molde, en este caso de cerámica.
Echamos la mezcla en el molde y repartimos bien ayudándonos con una espátula. Es importante intentar que quede regular, teniendo la misma cantidad por toda la superficie.
Para el relleno ponemos en el vaso de la batidora el queso, el huevo y el azúcar.
Batimos hasta que quede bien mezclado.
En otro bol, ponemos las manzanas, que habremos pelado y picado, y las rociamos con el zumo de limón para que no se oxiden.
Le ponemos el azúcar moreno, la canela y la maizena.
Removemos para mezclar bien y las manzanas queden bien cubiertas.
Repartimos las manzanas sobre la masa que tenemos en el molde.
Regamos con la mezcla de queso, azúcar y huevo.
Recuperamos el streusel que tenemos en el congelador y lo repartimos sobre la tarta. Es posible que algunas migas estén más pegadas a otras, pero las separamos con las manos y las vamos repartiendo.
Llevamos nuestra tarta al horno y la dejamos que se cocine durante 45 minutos. Comprobaremos que esté hecha pinchándola con un palo de brocheta que debe salir limpio.
Dejamos enfriar completamente sobre una rejilla.
Y este es el fantástico resultado que tiene esta rica tarta. Lo mejor es comerla a temperatura ambiente.
Y este el estupendo corte que tiene, que dan ganas de darle un bocado.
Y si la acompañamos con una bolita de helado de vainilla aún está más rica si cabe.
Será por ésto por lo que será también protagonista en este blog en la sección de postres y tartas.
En los últimos tiempos he ido haciendo distintas recetas con manzanas que les iré mostrando poco a poco. Las intercalaré con alguna que otra receta que no la lleve para no aburrirles, pero es que me gusta tanto...
La de hoy es una tarta de estilo alemana, en la que se combina la fruta en un rico pastel coronado con el streusel, la capa de migas que lleva en la parte superior.
Sólo puedo decir de ella que está increíblemente rica y que es ideal para una merienda o para un buen desayuno.
Los ingredientes que usé fueron:
Para el streusel:
- 125 gr. de harina.
- 100 gr. de mantequilla fría.
- 100 gr. de azúcar.
- Una cucharadita de canela molida.
- 250 gr. de harina.
- Dos huevos talla L.
- 125 gr. de mantequilla a temperatura ambiente.
- 100 gr. de azúcar.
- Una cucharadita de levadura tipo Royal.
- 125 gr. de queso crema.
- Un huevo.
- 40 gr. de azúcar.
- Dos manzanas.
- Dos cucharadas de azúcar moreno.
- Una cucharadita de canela.
- Una cucharadita de maizena.
- El zumo de un limón.
Ponemos todos los ingredientes en un bol.
Vamos mezclando, mejor con las manos, hasta que consigamos una mezcla hecha migas.
La metemos en el congelador hasta que la vayamos a poner sobre la tarta.
Ponemos a calentar el horno a 180º mientras preparamos la tarta.
En un bol ponemos la mantequilla con el azúcar.
Batimos hasta tener una mezcla cremosa.
Añadimos los huevos de uno en uno. Añadimos uno, batimos y, una vez integrado, añadimos el otro.
Echamos en el bol el harina y la levadura, pasando ambos antes por un colador.
Mezclamos hasta que tengamos una masa homogénea. Queda una masa bastante densa.
Engrasamos con mantequilla un molde, en este caso de cerámica.
Echamos la mezcla en el molde y repartimos bien ayudándonos con una espátula. Es importante intentar que quede regular, teniendo la misma cantidad por toda la superficie.
Para el relleno ponemos en el vaso de la batidora el queso, el huevo y el azúcar.
Batimos hasta que quede bien mezclado.
En otro bol, ponemos las manzanas, que habremos pelado y picado, y las rociamos con el zumo de limón para que no se oxiden.
Le ponemos el azúcar moreno, la canela y la maizena.
Removemos para mezclar bien y las manzanas queden bien cubiertas.
Repartimos las manzanas sobre la masa que tenemos en el molde.
Regamos con la mezcla de queso, azúcar y huevo.
Recuperamos el streusel que tenemos en el congelador y lo repartimos sobre la tarta. Es posible que algunas migas estén más pegadas a otras, pero las separamos con las manos y las vamos repartiendo.
Llevamos nuestra tarta al horno y la dejamos que se cocine durante 45 minutos. Comprobaremos que esté hecha pinchándola con un palo de brocheta que debe salir limpio.
Dejamos enfriar completamente sobre una rejilla.
Y este es el fantástico resultado que tiene esta rica tarta. Lo mejor es comerla a temperatura ambiente.
Y este el estupendo corte que tiene, que dan ganas de darle un bocado.
Y si la acompañamos con una bolita de helado de vainilla aún está más rica si cabe.