El pasado fin de semana tuvimos comida familiar y tocaba preparar un postre. Por supuesto me decidí por una tarta. Ya tenía yo ganitas de preparar alguna.
En esta ocasión me decidí por una tarta de bizcochos enriquecidos con unos ricos arándanos frescos que al hornearse los impregnan y humedecen dejándolos aún más jugosos si caben.
Para el relleno y la cobertura elegí la crema de mascarpone, que en mi casa es un triunfo seguro, aromatizada con un poco de vainilla.
El resultado, una tarta riquísima que voló y de la que tuve que "robar" un trozo para poder hacerle la foto del corte porque si no no llego a enseñarla.
Los ingredientes que usé fueron:
Para los bizcochos:
Precalentamos el horno a 170º.
Empezaremos cascando los huevos en un bol y batiéndolos ligeramente.
Echamos el azúcar y seguimos batiendo.
Vertemos el aceite y batimos hasta integrarla.
Hacemos lo mismo con la nata, la vertemos y batimos.
Incorporamos la ralladura de limón y mezclamos.
Echamos la ralladura de limón y mezclamos.
Por último incorporamos los arándanos a la masa.
Ahora removemos suavemente con una espátula hasta integrarlos, con cuidado de no romperlos.
Engrasamos tres moldes. He usado los desechables de Mercadona que cada uno es de 18 cm.
Echamos la masa en los moldes, intentando echar en los tres la misma cantidad para que queden iguales.
Los metemos en el horno. Como ven, estos tres moldes caben perfectamente en el horno, por los que los podremos hacer a la vez.
Los horneamos durante 25-30 minutos, hasta que al pincharlos con una brocheta ésta salga limpia.
Los sacamos y los dejamos entibiar sobre una rejilla.
Los desmoldamos dándoles la vuelta y los dejamos enfriar completamente sobre una rejilla.
Fíjense en la foto como quedan teñidos los bizcochos por los arándanos.
Si los preparan el día antes, una vez frío los envuelven en papel film y los dejan dentro del horno frío hasta el día siguiente.
Para la crema ponemos todos los ingredientes en un bol.
Los batimos con varillas eléctricas hasta que monte bien y se quede una crema durita.
La reservamos en la nevera hasta el momento de usarla.
Recomiendo hacerla también el día antes para que coja cuerpo con el frío de la nevera.
Para el montaje de la tarta, manchamos con un poco de crema el plato de servir y ponemos uno de los bizcochos sobre ella.
Ponemos unas tiras de papel de aluminio alrededor para no manchar el plato mientras rellenamos y decoramos.
Ponemos un poco de crema sobre el bizcocho, en este caso, dos bolas de crema hechas con una cuchara de servir helados.
Alisé un poco el bizcocho por arriba con un cuchillo de sierra porque tenía un poco de barriga, para que quedara bien liso.
Extendemos la crema con una espátula.
Ponemos un segundo bizcocho y hacemos lo mismo.
El tercero lo colocamos con la parte más lisa hacia arriba.
Le damos una primera capa de crema a la tarta por arriba y por los lados. Dejamos enfriar en la nevera al menos media hora.
Volvemos a dar una segunda capa de crema intentando tapar todas las imperfecciones.
Si fuera necesario le daremos una tercera, dejando enfriar en la nevera otra media hora.
Para los detalles de los laterales,marqué semicírculos con un cortador de pastas.
Puse un poco de crema en una manga con una boquilla lisa del 3 y dibujé hilillos en los huecos.
En la parte superior de la tarta también dibujé hilillos de crema.
Para finalizar puse crema en una manga con boquilla 1M de wilton y dibujé líneas tanto en la base como en el borde superior de la tarta.
Hice unos pequeños topos de crema en la parte superior y sobre cada uno coloqué un arándano.
Metemos la tarta en la nevera y la sacamos en el momento en que vayamos a servirla.
La verdad es que queda bastante imponente y los arándanos de la decoración anticipan de qué es.
Y esta es la foto del corte, del trocito que pude "robar". Me encanta como tiñen los arándanos los bizcochos, además que contribuyen a que queden muy jugosos.
Una tarta hecha para triunfar.
En esta ocasión me decidí por una tarta de bizcochos enriquecidos con unos ricos arándanos frescos que al hornearse los impregnan y humedecen dejándolos aún más jugosos si caben.
Para el relleno y la cobertura elegí la crema de mascarpone, que en mi casa es un triunfo seguro, aromatizada con un poco de vainilla.
El resultado, una tarta riquísima que voló y de la que tuve que "robar" un trozo para poder hacerle la foto del corte porque si no no llego a enseñarla.
Los ingredientes que usé fueron:
Para los bizcochos:
- 250 gr. de harina simple.
- 200 gr. de azúcar.
- Tres huevos talla L a temperatura ambiente.
- 150 gr. de arándanos frescos más algunos para decorar (supongo que con arándanos congelados quedará bien también pero no lo he probado).
- 200 ml. de aceite de girasol.
- 125 gr. de nata a temperatura ambiente.
- Dos cucharaditas y media de levadura tipo Royal (de las de café).
- Ralladura de un limón.
- 500 ml. de nata para montar bien fría.
- 500 gr. de queso mascarpone (también podemos poner mitad de mascarpone y mitad de queso cremoso tipo Philadelphia).
- 200 gr. de azúcar glass.
- Una cucharada de vainilla líquida.
Precalentamos el horno a 170º.
Empezaremos cascando los huevos en un bol y batiéndolos ligeramente.
Echamos el azúcar y seguimos batiendo.
Vertemos el aceite y batimos hasta integrarla.
Hacemos lo mismo con la nata, la vertemos y batimos.
Incorporamos la ralladura de limón y mezclamos.
Echamos la ralladura de limón y mezclamos.
Por último incorporamos los arándanos a la masa.
Ahora removemos suavemente con una espátula hasta integrarlos, con cuidado de no romperlos.
Engrasamos tres moldes. He usado los desechables de Mercadona que cada uno es de 18 cm.
Echamos la masa en los moldes, intentando echar en los tres la misma cantidad para que queden iguales.
Los metemos en el horno. Como ven, estos tres moldes caben perfectamente en el horno, por los que los podremos hacer a la vez.
Los horneamos durante 25-30 minutos, hasta que al pincharlos con una brocheta ésta salga limpia.
Los sacamos y los dejamos entibiar sobre una rejilla.
Los desmoldamos dándoles la vuelta y los dejamos enfriar completamente sobre una rejilla.
Fíjense en la foto como quedan teñidos los bizcochos por los arándanos.
Si los preparan el día antes, una vez frío los envuelven en papel film y los dejan dentro del horno frío hasta el día siguiente.
Para la crema ponemos todos los ingredientes en un bol.
Los batimos con varillas eléctricas hasta que monte bien y se quede una crema durita.
La reservamos en la nevera hasta el momento de usarla.
Recomiendo hacerla también el día antes para que coja cuerpo con el frío de la nevera.
Para el montaje de la tarta, manchamos con un poco de crema el plato de servir y ponemos uno de los bizcochos sobre ella.
Ponemos unas tiras de papel de aluminio alrededor para no manchar el plato mientras rellenamos y decoramos.
Ponemos un poco de crema sobre el bizcocho, en este caso, dos bolas de crema hechas con una cuchara de servir helados.
Alisé un poco el bizcocho por arriba con un cuchillo de sierra porque tenía un poco de barriga, para que quedara bien liso.
Extendemos la crema con una espátula.
Ponemos un segundo bizcocho y hacemos lo mismo.
El tercero lo colocamos con la parte más lisa hacia arriba.
Le damos una primera capa de crema a la tarta por arriba y por los lados. Dejamos enfriar en la nevera al menos media hora.
Volvemos a dar una segunda capa de crema intentando tapar todas las imperfecciones.
Si fuera necesario le daremos una tercera, dejando enfriar en la nevera otra media hora.
Para los detalles de los laterales,marqué semicírculos con un cortador de pastas.
Puse un poco de crema en una manga con una boquilla lisa del 3 y dibujé hilillos en los huecos.
En la parte superior de la tarta también dibujé hilillos de crema.
Para finalizar puse crema en una manga con boquilla 1M de wilton y dibujé líneas tanto en la base como en el borde superior de la tarta.
Hice unos pequeños topos de crema en la parte superior y sobre cada uno coloqué un arándano.
Metemos la tarta en la nevera y la sacamos en el momento en que vayamos a servirla.
La verdad es que queda bastante imponente y los arándanos de la decoración anticipan de qué es.
Y esta es la foto del corte, del trocito que pude "robar". Me encanta como tiñen los arándanos los bizcochos, además que contribuyen a que queden muy jugosos.
Una tarta hecha para triunfar.