PARIS BREST CON MUSELINA DE AVELLANA Y CORAZÓN DE CHOCOLATE (36º Desafío en la cocina)
martes, octubre 20, 2015
La propuesta que nos ha hecho M. Luz, del blog Trasteando en mi cocina para este 36º Desafío en la Cocina es una Paris Brest.
Este es un postre elaborado para conmemorar la carrera ciclista celebrada en Francia entre las ciudades de París y Brest, en el año 1891 y que tenía una longitud de 1200 km.
Está elaborada con masa choux y su forma representa una rueda de bicicleta.
Ya yo había hecho la masa choux y es una de las que más me gusta hacer, aunque nunca la había horneado tan grande.
Sin embargo el resultado fue genial.
Además le quise añadir un "elemento sorpresa" que vi por la red con lo que conseguí sorprender aún más.
Los catadores, una vez más, fueron mis bomberos favoritos, que dieron buena cuenta de ella.
Los ingredientes que usé fueron:
Para la masa choux:
La ponemos en un bol junto con la pasta de avellana.
Batimos bien con varillas eléctricas hasta que quede bien cremosa.
Añadimos la mantequilla a punto de pomada y seguimos batiendo hasta obtener una muselina fina, sin grumos de mantequilla.
La reservamos en la nevera hasta que la vayamos a usar.
Para hacer la corona de masa choux dibujamos un círculo de unos 26 cm en papel de horno y lo colocamos en la bandeja del horno, que habremos engrasado un poco para que no nos resbale el papel. Hay que tener la precaución de poner la parte donde escribimos hacia abajo para que la masa no entre en contacto con la tinta.
Precalentamos el horno a 200-210º.
Vamos a preparar la masa choux.
Tamizamos el harina y la sal pasándolas por un colador.
Ponemos en un calentador el agua, la leche, la mantequilla y el azúcar.
Lo ponemos al fuego y dejamos que hierva.
Cuando hierva echamos el harina de una sola vez en el caldero.
Ponemos el fuego al mínimo y vamos removiendo con una cuchara de palo hasta que consigamos una masa que no se pega a las paredes del caldero.
Ahora iremos añadiendo los huevos uno a uno, sin añadir el siguiente hasta que el anterior esté completamente integrado.
Hay que tener en cuanta que cada vez que echamos un huevo parece que la masa se corta porque se separa toda, pero no pasa nada, seguimos mezclando que se vuelve a juntar.
También hay que tener en cuenta que la masa no puede quedar muy líquida, sino espesa. No es una masa dura, pero se tiene que dibujar la onda. Esta es la textura final.
Ponemos la masa en una manga pastelera, en este caso, con boquilla rizada.
Dibujamos un primer círculo de masa sobre la línea del círculo que hemos dibujado.
Luego hacemos otro círculo en el interior del primero, pegado a él.
Acabamos dibujando un círculo de masa sobe los dos anteriores, en el medio.
Llevamos la corona al horno y la colocamos en la parte de abajo. La tendremos que cocinar sobre unos 30 minutos. Aunque veamos que se nos dora mucho es preferible no sacarla porque corremos el riesgo que nos quede cruda por dentro.
Cuando pase el tiempo, apagamos el horno y la dejamos dentro con la puerta un poco abierta, al menos 10 minutos, para que no pierda todo el calor de golpe y no se nos venga abajo la masa.
Hacemos una segunda corona, en este caso con un sólo cordón de masa.
En este caso lo dibujaremos justo en el interior de la línea del círculo dibujado para que luego nos cuadre en la posición que queremos.
La horneamos, en este caso en unos 20 minutos estará y también la dejamos un rato en el horno apagado con la puerta un poco abierta.
Ahora preparamos la ganaché.
Para ello ponemos a calentar la nata en un calentador y troceamos el chocolate.
Cuando la nata rompa el hervor, apartamos del fuego, incorporamos el chocolate y dejamos reposar un par de minutos.
Luego removemos hasta que consigamos que nos quede una crema sin grumos de chocolate.
Dejamos que la ganaché se enfríe.
Con la ganaché vamos a rellenar la corona pequeña. Lo mejor sería hacerlo con una jeringa, pero como no tenía utilicé una manga con una boquilla larga.
Para que no se escape el chocolate utilicé un truco bien extendido en el grupo Desafío en la cocina, que es utilizar una traba para frenar la salida.
Cuando la corona de masa esté fría, la colocamos en un plato, con la parte plana hacia arriba. Le hacemos unos agujeros cada 5 cm más o menos y por ellos vamos introduciendo el chocolate.
Lo metemos en el congelador unos diez minutos para que se endurezca y no se derrame el chocolate al darle la vuelta.
Ahora sí vamos con el montaje de la Paris Brest.
La cortamos por la mitad usando un cuchillo de cortar pan.
Colocamos la parte de abajo sobre el plato de presentación.
Rellenamos con líneas de muselina toda la corona. (Puede que la muselina de estar en la nevera se endurezca. La sacamos unos diez minutos antes de usarla y estará genial para rellenar).
Colocamos la corona rellena de chocolate sobre la crema, procurando que quede centrada y con los agujeros hacia abajo.
Ahora volvemos a cubrir con más muselina, pasando por encima de la corona de chocolate para cubrirla y que no se vea.
En este caso opté por hacer las líneas de crema en oblicuo.
Terminamos colocando la parte de arriba de la corona grande.
Espolvoreamos con azúcar glass al gusto y ya la tenemos lista para disfrutarla.
Esto sí que es una rueda de bicicleta, sólo le faltan los radios.
Aquí más de cerquita se aprecia la textura de la crema.
Y aquí el estupendo corte con su "sorpresa" en el interior.
Queda muy chulo, además de riquísimo.
Pues esta es mi propuesta para este 36º Desafío en la cocina. Ahora les invito a que se den un paseo por nuestro blog para que vean las distintas versiones que han hecho los demás miembros del grupo.
También me gustaría informarles de que tenemos una nueva desafiadora en el grupo. Hemos embaucado a Toñi, de Qué se cuece en mi cocina, y la hemos pasado al "lado oscuro" con nosotras, jeje.
Por último, recordarles que Desafío en la cocina vuelve el próximo 20 de Noviembre, con un nuevo Desafío salado que será propuesta de una servidora. ¿Quieren saber lo que les tengo preparado? Pues no se lo pierdan.
Este es un postre elaborado para conmemorar la carrera ciclista celebrada en Francia entre las ciudades de París y Brest, en el año 1891 y que tenía una longitud de 1200 km.
Está elaborada con masa choux y su forma representa una rueda de bicicleta.
Ya yo había hecho la masa choux y es una de las que más me gusta hacer, aunque nunca la había horneado tan grande.
Sin embargo el resultado fue genial.
Además le quise añadir un "elemento sorpresa" que vi por la red con lo que conseguí sorprender aún más.
Los catadores, una vez más, fueron mis bomberos favoritos, que dieron buena cuenta de ella.
Los ingredientes que usé fueron:
Para la masa choux:
- 140 gr. de leche.
- 140 gr. de agua.
- 110 gr. de mantequilla.
- 140 gr. de harina.
- Cuatro huevos.
- Una cucharada de azúcar.
- Una pizca de sal.
- Azúcar glass para espolvorear.
- Crema pastelera (La receta la puedes ver aquí. Necesitarás la cantidad que sale con la receta).
- Dos cucharadas de pasta de avellanas.
- 250 gr. de mantequilla a temperatura ambiente.
- 100 ml. de nata para montar.
- 100 gr. de chocolate Nestlé postres.
La ponemos en un bol junto con la pasta de avellana.
Batimos bien con varillas eléctricas hasta que quede bien cremosa.
Añadimos la mantequilla a punto de pomada y seguimos batiendo hasta obtener una muselina fina, sin grumos de mantequilla.
La reservamos en la nevera hasta que la vayamos a usar.
Para hacer la corona de masa choux dibujamos un círculo de unos 26 cm en papel de horno y lo colocamos en la bandeja del horno, que habremos engrasado un poco para que no nos resbale el papel. Hay que tener la precaución de poner la parte donde escribimos hacia abajo para que la masa no entre en contacto con la tinta.
Precalentamos el horno a 200-210º.
Vamos a preparar la masa choux.
Tamizamos el harina y la sal pasándolas por un colador.
Ponemos en un calentador el agua, la leche, la mantequilla y el azúcar.
Lo ponemos al fuego y dejamos que hierva.
Cuando hierva echamos el harina de una sola vez en el caldero.
Ponemos el fuego al mínimo y vamos removiendo con una cuchara de palo hasta que consigamos una masa que no se pega a las paredes del caldero.
Ahora iremos añadiendo los huevos uno a uno, sin añadir el siguiente hasta que el anterior esté completamente integrado.
Hay que tener en cuanta que cada vez que echamos un huevo parece que la masa se corta porque se separa toda, pero no pasa nada, seguimos mezclando que se vuelve a juntar.
También hay que tener en cuenta que la masa no puede quedar muy líquida, sino espesa. No es una masa dura, pero se tiene que dibujar la onda. Esta es la textura final.
Ponemos la masa en una manga pastelera, en este caso, con boquilla rizada.
Dibujamos un primer círculo de masa sobre la línea del círculo que hemos dibujado.
Luego hacemos otro círculo en el interior del primero, pegado a él.
Acabamos dibujando un círculo de masa sobe los dos anteriores, en el medio.
Llevamos la corona al horno y la colocamos en la parte de abajo. La tendremos que cocinar sobre unos 30 minutos. Aunque veamos que se nos dora mucho es preferible no sacarla porque corremos el riesgo que nos quede cruda por dentro.
Cuando pase el tiempo, apagamos el horno y la dejamos dentro con la puerta un poco abierta, al menos 10 minutos, para que no pierda todo el calor de golpe y no se nos venga abajo la masa.
Hacemos una segunda corona, en este caso con un sólo cordón de masa.
En este caso lo dibujaremos justo en el interior de la línea del círculo dibujado para que luego nos cuadre en la posición que queremos.
La horneamos, en este caso en unos 20 minutos estará y también la dejamos un rato en el horno apagado con la puerta un poco abierta.
Ahora preparamos la ganaché.
Para ello ponemos a calentar la nata en un calentador y troceamos el chocolate.
Cuando la nata rompa el hervor, apartamos del fuego, incorporamos el chocolate y dejamos reposar un par de minutos.
Luego removemos hasta que consigamos que nos quede una crema sin grumos de chocolate.
Dejamos que la ganaché se enfríe.
Con la ganaché vamos a rellenar la corona pequeña. Lo mejor sería hacerlo con una jeringa, pero como no tenía utilicé una manga con una boquilla larga.
Para que no se escape el chocolate utilicé un truco bien extendido en el grupo Desafío en la cocina, que es utilizar una traba para frenar la salida.
Cuando la corona de masa esté fría, la colocamos en un plato, con la parte plana hacia arriba. Le hacemos unos agujeros cada 5 cm más o menos y por ellos vamos introduciendo el chocolate.
Lo metemos en el congelador unos diez minutos para que se endurezca y no se derrame el chocolate al darle la vuelta.
Ahora sí vamos con el montaje de la Paris Brest.
La cortamos por la mitad usando un cuchillo de cortar pan.
Colocamos la parte de abajo sobre el plato de presentación.
Rellenamos con líneas de muselina toda la corona. (Puede que la muselina de estar en la nevera se endurezca. La sacamos unos diez minutos antes de usarla y estará genial para rellenar).
Colocamos la corona rellena de chocolate sobre la crema, procurando que quede centrada y con los agujeros hacia abajo.
Ahora volvemos a cubrir con más muselina, pasando por encima de la corona de chocolate para cubrirla y que no se vea.
En este caso opté por hacer las líneas de crema en oblicuo.
Terminamos colocando la parte de arriba de la corona grande.
Espolvoreamos con azúcar glass al gusto y ya la tenemos lista para disfrutarla.
Esto sí que es una rueda de bicicleta, sólo le faltan los radios.
Aquí más de cerquita se aprecia la textura de la crema.
Y aquí el estupendo corte con su "sorpresa" en el interior.
Queda muy chulo, además de riquísimo.
Pues esta es mi propuesta para este 36º Desafío en la cocina. Ahora les invito a que se den un paseo por nuestro blog para que vean las distintas versiones que han hecho los demás miembros del grupo.
También me gustaría informarles de que tenemos una nueva desafiadora en el grupo. Hemos embaucado a Toñi, de Qué se cuece en mi cocina, y la hemos pasado al "lado oscuro" con nosotras, jeje.
Por último, recordarles que Desafío en la cocina vuelve el próximo 20 de Noviembre, con un nuevo Desafío salado que será propuesta de una servidora. ¿Quieren saber lo que les tengo preparado? Pues no se lo pierdan.
13 No te cortes y deja tu comentario.
Te ha quedado de lujo. Muy original la combinación con el chocolate.
ResponderEliminarMe encanta.
Abracitos
Me chifla la pasta choux. Hice un París Brest este verano con cereza y está pendiente de publicar.
ResponderEliminarEl relleno tuyo tiene que saber de maravilla, aunque sea un clásico, me encanta y casa muy bien con el chocolate.
Un beso.
Aparece en uno de los libros que tengo y en pendientes está. Más ganas me has metido de hacerlo. Te quedó genial y muy tentador! Besiños.
ResponderEliminarque rica debe estar con ese relleno
ResponderEliminarDELICIOSAAA si si en mayusculas jeje, te ha salido estupenda, según iba bajando sólo estaba deseando ver el corte para ver ese corazón de chocolate jeje y cuando lo vi... aisss fantástico,besos
ResponderEliminarWoww!!! Deliciosaaa!! =)
ResponderEliminarQué buenooooooooooooooo¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
ResponderEliminarTiene que estar buenísimo, queda muy bonito y con un relleno muy rico.
ResponderEliminarBesos.
Te ha quedado impresionante!Tiene que estar tremendamente rico! bs
ResponderEliminarMadre mía que bien te ha quedado, y ya veo que hemos coincidido en el relleno, si ya la muselina de avellanas es una maravilla con ese corazón de chocolate es para no parar de comer, genial, genial.
ResponderEliminarAdemás el relleno lo has dejado perfecto, a mi todavía me queda bastante maña con la manga pastelera.
Un besito muy grande y no nos hagas sufrir muchooooooo, :) :)
Vaya pinta mas buena, te ha quedado perfecta. Bss
ResponderEliminarSe ve fantástico y suena muy rico :)
ResponderEliminarbesos
Esto tiene que ser una gozada!! dos por el precio de una!! Fantástica. Bs.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por dejar tu comentario.