Estamos acostumbrados, cuando nos hablan de salpicón, a pensar en pulpo, en marisco, en pescado,...
En mi caso, y en mi "amor incondicional" al pollo, he querido hacer este rico plato veraniego con él. Pero no significa que haya inventado nada, no. De hecho, he estado mirando por la red y en algunos países de Sudamérica hay una variedad de salpicón de pollo.
En cualquier caso yo les dejo mi propia versión, que les puedo garantizar que está deliciosa y que es un plato genial para comer fresquito.
Los ingredientes que usé fueron:
Los sacamos del agua y los refrescamos con agua fría.
Sazonamos el pollo con ajo en polvo, perejil y sal por todos los lados.
Los cocinamos en la sartén con unas gotas de aceite.
Pelamos la cebolla, retiramos las semillas y las nervaduras del pimiento, raspamos la piel de la zanahoria y retiramos los rabitos de los tomates. Lavamos bien todo.
Picamos bien menuda la cebolla, la zanahoria, el pimiento y los tomates.
Los ponemos todos juntos en un bol.
Escurrimos bien los guisantes, los lavamos bajo el agua fría y los añadimos al bol.
Pelamos el huevo y lo cortamos en trocitos.
Lo incorporamos con el resto de ingredientes.
También picamos el pollo en trocitos menudos.
Lo añadimos al bol con el resto de ingredientes.
Para preparar la vinagreta ponemos en un bol pequeño que tenga tapa cinco cucharadas de aceite, dos cucharadas de vinagre, sal y pimienta.
Ponemos la tapa y agitamos bien hasta que quede todo bien emulsionado.
Regamos todo con la vinagreta.
Removemos bien para que se mezclen todos los ingredientes y se impregnen con la vinagreta.
Cubrimos con papel film y dejamos reposar en la nevera hasta la hora de comer.
A la hora de comer servimos y disfrutamos de este rico plato fresquito.
Está delicioso.
En mi caso, y en mi "amor incondicional" al pollo, he querido hacer este rico plato veraniego con él. Pero no significa que haya inventado nada, no. De hecho, he estado mirando por la red y en algunos países de Sudamérica hay una variedad de salpicón de pollo.
En cualquier caso yo les dejo mi propia versión, que les puedo garantizar que está deliciosa y que es un plato genial para comer fresquito.
Los ingredientes que usé fueron:
- Entre 300-400 gr. de pollo. (Yo usé solomillos. También se puede usar un resto de pollo ya cocinado).
- Una cebolla.
- Medio pimiento rojo y medio pimiento verde o, como en mi caso, un pimiento entreverado.
- Dos zanahorias.
- Dos tomates.
- Dos huevos.
- Una latita de guisantes.
- Sal.
- Pimienta.
- Ajo en polvo.
- Perejil seco.
- Aceite de oliva virgen.
- Vinagre.
Los sacamos del agua y los refrescamos con agua fría.
Sazonamos el pollo con ajo en polvo, perejil y sal por todos los lados.
Los cocinamos en la sartén con unas gotas de aceite.
Pelamos la cebolla, retiramos las semillas y las nervaduras del pimiento, raspamos la piel de la zanahoria y retiramos los rabitos de los tomates. Lavamos bien todo.
Picamos bien menuda la cebolla, la zanahoria, el pimiento y los tomates.
Los ponemos todos juntos en un bol.
Escurrimos bien los guisantes, los lavamos bajo el agua fría y los añadimos al bol.
Pelamos el huevo y lo cortamos en trocitos.
Lo incorporamos con el resto de ingredientes.
También picamos el pollo en trocitos menudos.
Lo añadimos al bol con el resto de ingredientes.
Para preparar la vinagreta ponemos en un bol pequeño que tenga tapa cinco cucharadas de aceite, dos cucharadas de vinagre, sal y pimienta.
Ponemos la tapa y agitamos bien hasta que quede todo bien emulsionado.
Regamos todo con la vinagreta.
Removemos bien para que se mezclen todos los ingredientes y se impregnen con la vinagreta.
Cubrimos con papel film y dejamos reposar en la nevera hasta la hora de comer.
A la hora de comer servimos y disfrutamos de este rico plato fresquito.
Está delicioso.