Mucha gente me pregunta cómo soy capaz de hacer tartas tan grandes.
En realidad yo no creo que sea nada complicado. Por lo general lo único que hago es multiplicar cantidades para conseguirlo.
Eso sí, también es importante la organización. Pretender hacer una tarta muy grande en un par de horas me parece muy osado, sobre todo teniendo en cuenta que en casa no disponemos de demasiados medios ni tampoco somos reposteros profesionales, o al menos yo no lo soy.
Pues bien, ésta es otra de esas tartas pensada para unas cincuenta personas, aunque, en este caso, sí que la podríamos preparar en una tarde.
Fue la tarta que llevé a mis compañeras y compañeros del cole para mi cumpleaños que, aunque fue el viernes santo y pensé que me "libraba", muchos de ellos me la "reclamaron" durante la semana y, por supuesto, yo no me pude resistir.
Como no disponía de demasiado tiempo para prepararla me decanté por preparar algo tipo tiramisú, usando bizcochos de azúcar.
Me acordé de la Tarta tiramisú de moras y, como les he dicho, lo único que hice fue multiplicar cantidades para que fuera más grande. Además me decanté esta vez por hacerla con sabor a frambuesa y cambiar la forma y la decoración.
Ya ven, unos pocos cambios y tenemos una tarta nueva.
Los ingredientes que usé fueron:
En realidad yo no creo que sea nada complicado. Por lo general lo único que hago es multiplicar cantidades para conseguirlo.
Eso sí, también es importante la organización. Pretender hacer una tarta muy grande en un par de horas me parece muy osado, sobre todo teniendo en cuenta que en casa no disponemos de demasiados medios ni tampoco somos reposteros profesionales, o al menos yo no lo soy.
Pues bien, ésta es otra de esas tartas pensada para unas cincuenta personas, aunque, en este caso, sí que la podríamos preparar en una tarde.
Fue la tarta que llevé a mis compañeras y compañeros del cole para mi cumpleaños que, aunque fue el viernes santo y pensé que me "libraba", muchos de ellos me la "reclamaron" durante la semana y, por supuesto, yo no me pude resistir.
Como no disponía de demasiado tiempo para prepararla me decanté por preparar algo tipo tiramisú, usando bizcochos de azúcar.
Me acordé de la Tarta tiramisú de moras y, como les he dicho, lo único que hice fue multiplicar cantidades para que fuera más grande. Además me decanté esta vez por hacerla con sabor a frambuesa y cambiar la forma y la decoración.
Ya ven, unos pocos cambios y tenemos una tarta nueva.
Los ingredientes que usé fueron:
- Tres paquetes de bizcochos de azúcar. (Cada paquete trae tres paquetes en su interior. Apenas les sobraré un paquete y medio más o menos.)
- Dos litros de nata para montar muy fría. (Dos bricks de un litro cada uno).
- Un kg. de queso mascarpone. (Usé dos botes de medio kg. cada uno).
- 550 gr. de azúcar.
- Seis cucharadas soperas de pasta de frambuesa.
- Leche.
- Perlas de azúcar para la decoración.
Ponemos en un bol un litro de nata, 500 gr. de mascarpone, 225 gr. de azúcar y tres cucharadas de pasta de frambuesa.
Batimos bien con varillas eléctricas hasta que quede bien montado.
Hay que empezar batiendo despacio e iremos aumentando la velocidad a medida que vaya espesando.
Ponemos leche fría en un bol.
Vamos mojando las galletas en la leche (no empapando) y formamos una capa en el fondo del molde elegido. (Este tiene más o menos las dimensiones de una bandeja de horno.)(El número de galletas que queda les puede ayudar a la hora de calcular el tamaño)
Ponemos la crema preparada sobre la base de galletas. (La coloqué en una manga pastelera para que me fuera más fácil y además que quedara repartida de manera uniforme.).
Con una espátula alisamos bien la crema.
Formamos otra capa de galletas mojadas en leche sobre la crema.
Volvemos a preparar nuevamente la crema, utilizando la misma cantidad de ingredientes que antes, y la echamos sobre las galletas.
Reservamos un poco de la crema para rematar la decoración.
Alisamos nuevamente con una espátula.
Reservamos en la nevera unas tres horas como mínimo para que la crema coja cuerpo.
Pasamos un cuchillo alrededor de toda la tarta y retiramos el molde.
Ahora empezamos con la decoración.
Para los bordes me decanté por este dibujo que ya les expliqué como hacer en la tarta arcoiris. En este caso es más baja, debido a que la tarta no tiene demasiado altura.
Rematamos el borde superior haciendo la misma decoración.
Finalmente, utilizando distintos tamaños de boquillas rizadas hice la decoración superior y terminé rematando con perlitas de azúcar.
Como ven, no resulta nada complicada y queda con una presentación genial.
Y aquí la foto del corte. Eso sí, me van a tener que perdonar que la presente en el plato de plástico, pero aún no he convencido al director del cole para que nos compre una vajilla para nuestros postres ocasionales.
Riquísima y muy sencilla. Venga, ¿se animan la próxima vez que tengan una reunión de amigos?
Batimos bien con varillas eléctricas hasta que quede bien montado.
Hay que empezar batiendo despacio e iremos aumentando la velocidad a medida que vaya espesando.
Ponemos leche fría en un bol.
Vamos mojando las galletas en la leche (no empapando) y formamos una capa en el fondo del molde elegido. (Este tiene más o menos las dimensiones de una bandeja de horno.)(El número de galletas que queda les puede ayudar a la hora de calcular el tamaño)
Ponemos la crema preparada sobre la base de galletas. (La coloqué en una manga pastelera para que me fuera más fácil y además que quedara repartida de manera uniforme.).
Con una espátula alisamos bien la crema.
Formamos otra capa de galletas mojadas en leche sobre la crema.
Volvemos a preparar nuevamente la crema, utilizando la misma cantidad de ingredientes que antes, y la echamos sobre las galletas.
Reservamos un poco de la crema para rematar la decoración.
Alisamos nuevamente con una espátula.
Reservamos en la nevera unas tres horas como mínimo para que la crema coja cuerpo.
Pasamos un cuchillo alrededor de toda la tarta y retiramos el molde.
Ahora empezamos con la decoración.
Para los bordes me decanté por este dibujo que ya les expliqué como hacer en la tarta arcoiris. En este caso es más baja, debido a que la tarta no tiene demasiado altura.
Rematamos el borde superior haciendo la misma decoración.
Finalmente, utilizando distintos tamaños de boquillas rizadas hice la decoración superior y terminé rematando con perlitas de azúcar.
Como ven, no resulta nada complicada y queda con una presentación genial.
Y aquí la foto del corte. Eso sí, me van a tener que perdonar que la presente en el plato de plástico, pero aún no he convencido al director del cole para que nos compre una vajilla para nuestros postres ocasionales.
Riquísima y muy sencilla. Venga, ¿se animan la próxima vez que tengan una reunión de amigos?