Bueno, pues para pasar una tarde de estas tan fresquitas, ¿qué tenemos mejor que un rico queque acompañado de un chocolate calentito?
Si además es un queque con un rico glaseado de piña pues mejor que mejor.
Los ingredientes que usé fueron:
- Cuatro huevos talla L. (A temperatura ambiente).
- 200 ml. de nata para montar.
- 325 gr. de harina.
- 250 gr. de azúcar.
- 125 ml. de aceite de girasol.
- Un sobre de levadura química.
- Cuatro rodajas de piña en su jugo.
- 250 gr. de azúcar glass.
- El jugo de la piña.
Cascamos los huevos en un bol y ponemos también el azúcar.
Batimos con varillas hasta que doblen su volumen.
Añadimos la nata y el aceite y seguimos batiendo, ahora más suave.
Pasamos el harina y la levadura con un colador y la dejamos caer sobre el bol.
Echamos la piñas cortada, dejándola caer sobre el harina para que se impregne bien con ella.
Vamos mezclando suavemente hasta que tengamos una mezcla sin grumos.
Vertemos la mezcla en un molde que previamente habremos engrasado.
Horneamos entre 50-60 minutos, hasta que al pincharlo con una brocheta ésta salga limpia.
Cuando esté tibio, lo desmoldamos y los dejamos enfriar completamente.
Para preparar el gleseado, echamos el azúcar en un bol y vamos añadiendo poco a poco jugo de piña. Vamos removiendo hasta que obtengamos una mezcla cremosa. (Es preferible ir añadiendo el jugo poco a poco para no pasarnos y no nos quede demasiado líquida).
Con una brocha de silicona vamos pintando nuestro queque y vamos dejando que se vaya impregnando.
Me encanta como queda porque parece un donut gigante, ¿a que sí?
Y este es el corte que tiene, bien esponjoso y con ese glaseadito en lo alto que le da un sabor riquísimo.
A ver si entramos en calor con un buen trocito.
Añadimos la nata y el aceite y seguimos batiendo, ahora más suave.
Pasamos el harina y la levadura con un colador y la dejamos caer sobre el bol.
Echamos la piñas cortada, dejándola caer sobre el harina para que se impregne bien con ella.
Vamos mezclando suavemente hasta que tengamos una mezcla sin grumos.
Vertemos la mezcla en un molde que previamente habremos engrasado.
Horneamos entre 50-60 minutos, hasta que al pincharlo con una brocheta ésta salga limpia.
Cuando esté tibio, lo desmoldamos y los dejamos enfriar completamente.
Para preparar el gleseado, echamos el azúcar en un bol y vamos añadiendo poco a poco jugo de piña. Vamos removiendo hasta que obtengamos una mezcla cremosa. (Es preferible ir añadiendo el jugo poco a poco para no pasarnos y no nos quede demasiado líquida).
Con una brocha de silicona vamos pintando nuestro queque y vamos dejando que se vaya impregnando.
Me encanta como queda porque parece un donut gigante, ¿a que sí?
Y este es el corte que tiene, bien esponjoso y con ese glaseadito en lo alto que le da un sabor riquísimo.
A ver si entramos en calor con un buen trocito.