La idea de esta tarta surgió después que mi sobrina me comentara que Mercadona estaba comercializando unos vasitos de mousse de bizcocho de Moya, aunque supongo que sólo lo comercializarán aquí en las islas.
Les explico, los bizcochos de Moya son unos dulces típicos de aquí, son unos bizcochos con un doble horneado, con lo que quedan secos y crujientes. Si quieren conocer un poquito más sobre ellos, pincha aquí.
Yo les dejo una foto para que los puedan conocer.
Bueno, el hecho es que después de ver el postrecito, decidí que yo tenía que preparar una tarta mousse con los bizcochos, así que me fui a dar un paseo por la red a ver si encontraba alguna receta. No encontré ninguna, aunque sí que encontré la receta de Irmina, El zurrón de los postres, de la mousse, que por supuesto recomiendo.
Me puse a darle vueltas a la cabeza para ver como la preparaba y aquí está el resultado. No sé si sería muy osado por mi parte decir que he creado una tarta nueva, pero la verdad es que al menos publicada en la red no encontré ninguna.
Es una tarta especialmente rica. Además es una de las que más le ha gustado a mi mami, con lo que me quedo completamente satisfecha.
Los ingredientes que usé fueron:
Para la base:
Empezamos poniendo la mantequilla en un calentador y derritiéndola a fuego bajo.
Mientras ponemos las galletas troceadas en la picadora y las trituramos hasta reducirlas a polvo.
Untamos de mantequilla un aro de tartas y lo forramos con papel de horno. Lo colocamos sobre la bandeja en la que vamos a servir la tarta.
Mezclamos las galletas con la mantequilla derretida, hasta que tengamos una pasta.
La volcamos sobre la bandeja y repartimos por toda la base. Apretamos bien para que quede bien selladita. La metemos en la nevera mientras preparamos la mousse.
Para la mousse, ponemos a hidratar las hojas de gelatina en agua fría, durante unos cinco minutos.
Ponemos la leche en un calentador y la calentamos, no hervirla.
Añadimos las hojas de gelatina escurridas y removemos enérgicamente para que se disuelvan. Dejamos que se enfríe.
En un bol amplio, vaciamos la leche condensada.
Añadimos la leche con gelatina y batimos.
En otro bol, bien seco y limpio de grasas echamos las claras de huevo. Tienen que estar a temperatura ambiente para que nos suban.
Las montamos con las varillas eléctricas hasta que alcancen el punto de nieve bien firme.
Las volcamos sobre el bol de la leche y las removemos con movimientos envolventes y suaves para que no se nos bajen.
Ponemos en la picadora los bizcochos de Moya troceados (yo les quité el glaseado que traen por arriba para que la tarta no quedara demasiado dulce). Los trituramos hasta reducirlos a polvo.
Echamos el polvo de los bizcochos sobre la mezcla y nuevamente removemos suavemente, de abajo hacia arriba.
En otro bol, montamos la nata bien firme.
La vertemos sobre el bol de la mezcla y nuevamente removemos hasta que quede todo incorporado y homogéneo.
Sobre la base de galletas que tenemos reservada, echamos la mousse y alisamos la superficie. Metemos en la nevera hasta el día siguiente.
En el momento de servirla, abrimos el aro y retiramos con cuidado el papel.
Para la decoración, como no quería alterarle el sabor, lo que hice fue triturar un par de bizcochos más y, poniendo antes unas tiras de cartón, los eché sobre la tarta.
Miren que textura más rica que tiene esta tartita.
Si tienen posibilidad de conseguir estos bizcochos, les animo a hacer esta tarta porque no se van a arrepentir, está deliciosa.
Les explico, los bizcochos de Moya son unos dulces típicos de aquí, son unos bizcochos con un doble horneado, con lo que quedan secos y crujientes. Si quieren conocer un poquito más sobre ellos, pincha aquí.
Yo les dejo una foto para que los puedan conocer.
Bueno, el hecho es que después de ver el postrecito, decidí que yo tenía que preparar una tarta mousse con los bizcochos, así que me fui a dar un paseo por la red a ver si encontraba alguna receta. No encontré ninguna, aunque sí que encontré la receta de Irmina, El zurrón de los postres, de la mousse, que por supuesto recomiendo.
Me puse a darle vueltas a la cabeza para ver como la preparaba y aquí está el resultado. No sé si sería muy osado por mi parte decir que he creado una tarta nueva, pero la verdad es que al menos publicada en la red no encontré ninguna.
Es una tarta especialmente rica. Además es una de las que más le ha gustado a mi mami, con lo que me quedo completamente satisfecha.
Los ingredientes que usé fueron:
Para la base:
- 200 gr. de galletas tipo digestive.
- 100 gr. de mantequilla.
- Una lata de leche condensada, de las pequeñas.
- Un vaso de leche, de los de agua.
- 5 claras de huevo.
- 700 ml. de nata para montar muy fría.
- 150 gr. de bizcochos de Moya.
- 9 hojas de gelatina.
- Un par de bizcochos de Moya.
Empezamos poniendo la mantequilla en un calentador y derritiéndola a fuego bajo.
Mientras ponemos las galletas troceadas en la picadora y las trituramos hasta reducirlas a polvo.
Untamos de mantequilla un aro de tartas y lo forramos con papel de horno. Lo colocamos sobre la bandeja en la que vamos a servir la tarta.
Mezclamos las galletas con la mantequilla derretida, hasta que tengamos una pasta.
La volcamos sobre la bandeja y repartimos por toda la base. Apretamos bien para que quede bien selladita. La metemos en la nevera mientras preparamos la mousse.
Para la mousse, ponemos a hidratar las hojas de gelatina en agua fría, durante unos cinco minutos.
Ponemos la leche en un calentador y la calentamos, no hervirla.
Añadimos las hojas de gelatina escurridas y removemos enérgicamente para que se disuelvan. Dejamos que se enfríe.
En un bol amplio, vaciamos la leche condensada.
Añadimos la leche con gelatina y batimos.
En otro bol, bien seco y limpio de grasas echamos las claras de huevo. Tienen que estar a temperatura ambiente para que nos suban.
Las montamos con las varillas eléctricas hasta que alcancen el punto de nieve bien firme.
Las volcamos sobre el bol de la leche y las removemos con movimientos envolventes y suaves para que no se nos bajen.
Ponemos en la picadora los bizcochos de Moya troceados (yo les quité el glaseado que traen por arriba para que la tarta no quedara demasiado dulce). Los trituramos hasta reducirlos a polvo.
Echamos el polvo de los bizcochos sobre la mezcla y nuevamente removemos suavemente, de abajo hacia arriba.
En otro bol, montamos la nata bien firme.
La vertemos sobre el bol de la mezcla y nuevamente removemos hasta que quede todo incorporado y homogéneo.
Sobre la base de galletas que tenemos reservada, echamos la mousse y alisamos la superficie. Metemos en la nevera hasta el día siguiente.
En el momento de servirla, abrimos el aro y retiramos con cuidado el papel.
Para la decoración, como no quería alterarle el sabor, lo que hice fue triturar un par de bizcochos más y, poniendo antes unas tiras de cartón, los eché sobre la tarta.
Miren que textura más rica que tiene esta tartita.
Si tienen posibilidad de conseguir estos bizcochos, les animo a hacer esta tarta porque no se van a arrepentir, está deliciosa.